DOS FRANQUISTAS CONVENCIDOS |
Con tal de no condenar el franquismo, tanto los del Partido Popular como los de Ciudadanos recurren al esperpento de situar en un plano de igualdad al franquismo (un régimen genocida para los españoles) con el Comunismo. El PCE luchó contra la dictadura, luchó en la calle en los centros de trabajo por devolver a los ciudadanos sus libertades secuestradas el 18 de julio de 1936 .
La cosa viene de atrás. No ha habido líder del PP que en algún momento de su carrera no recurriese al término “comunista” como fantasma, insulto o acusación cuasi delictiva. José María Aznar, por ejemplo, vio en el ecologismo “el nuevo comunismo”. El ex presidente también habló de “chavistas-comunistas” para atacar a Podemos, al igual que hiciera Mariano Rajoy en su campaña electoral para las elecciones de 2016. Esos términos también figuran en el argumentario habitual de Pablo Casado, quien ese mismo año llegó a situar a comunistas, “pancatalanistas”, regionalistas… Todos en un mismo saco, y con un único objetivo: atacar, en ese caso, al gobierno valenciano.
Albert Rivera también suele utilizar el término comunista, populista o chavista o similares para tratar de denigrar a sus adversarios. Por el contrario, el líder de Ciudadanos se niega a calificar a Vox como extrema derecha. Precisamente, el partido de Santiago Abascal, hoy en auge, también utiliza habitualmente el término “comunistas” para advertir sobre todo tipo de males que se ciernen sobre España. En ese contexto llegó la petición del PP de dejar fuera de la ley a fundaciones o asociaciones comunistas.
“No me extraña que el PP no quiera condenar el franquismo. Sí que me ha sorprendido que esta vez usara la excusa del PCE, que es el partido que más ha luchado por la democracia y las libertades públicas en este país”, afirmó su secretario general, Enrique Santiago. “Mientras que los fundadores del PP estaban en la dictadura reprimiendo derechos y libertades, los nuestros luchaban en las calles”, remarcó.
Santiago recordó el caso de Manuel Fraga, fundador del PP, quien llegó a justificar la ejecución del militante comunista Julián Grimau, o la masacre de trabajadores registrada en marzo de 1976 en Vitoria, ordenada por el político gallego desde su cargo de ministro de Interior. “Esa obsesión anticomunista del PP pretende tapar sus vergüenzas, esconder que ha formado parte de una dictadura que ahora se niega a condenar. Perro no come perro”, subrayó.
"El franquismo no es una ideología, es un régimen criminal".
A Casado y Rivera, tanto monta, hay que decirles que se han vuelto al pasado. Ese mantra ya está olvidado. No se han enterado que en los últimos 43 años solo han sido los franquistas irredentos los que ha querido volver a un régimen de dictadura, recuerden la Operación Galaxia, el 23 de febrero de 1981, los intentos de golpe de estado de octubre de 1982 y de 1985.
No quieren condenar el franquismo porque lo añoran y no hay más que decir.
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