Felipe V de España había conseguido el reconocimiento internacional a la sucesión al trono de España a cambio de no pocas concesiones, recogidas en el tratado de Utrecht de 1713: Sicilia pasó a la casa de Saboya, Nápoles, Milán y Cerdeña al Sacro Imperio Romano Germánico; Flandes a las Provincias Unidas; Gibraltar y Menorca habían quedado bajo soberanía de la Gran Bretaña, que también había conseguido ventajas económicas en su comercio con las Indias españolas.
España, la de Felipe V y su corte de los Borbones franceses, negocio ceder definitivamente Giblaltar a la Gran Breataña a cambio de que le permitieran seguir con el negoció de esclavos traídos de ultramar.
No deja en buen lugar al Borbón. De eso no tiene la culpa Pedro Sánchez
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