COSPEDAL SE DABA EL PICO CON VILLAREJO |
A Cospedal y de rebote a Pablo Casado les están haciendo la cama con las grabaciones con el comisario Villarejo.
Dolores de Cospedal recibió en secreto al comisario Villarejo en su despacho oficial en el número 13 de Génova, la sede nacional del PP. La entonces secretaria general organizó junto a su marido, Ignacio López del Hierro, el encuentro el 21 julio de 2009, en plena tormenta por el caso Gürtel.
Cospedal se ocupó de que el comisario entrara de la manera más secreta posible en el edificio, en un coche oficial del PP y directamente acompañado por su personal privado a su despacho, en la séptima planta de Génova. Villarejo y Cospedal tuvieron una conversación de más de una hora y media. El encuentro se celebró en un momento en el que el esa planta estaba casi vacía, garantizándose que nadie le viera por los pasillos.
Ignacio López del Hierro fue el encargado de organizar el encuentro secreto entre su mujer y el comisario Villarejo. El marido de Dolores de Cospedal llevaba más de un mes entrevistándose discretamente con Villarejo en una cafetería de Madrid. En estas conversaciones López del Hierro recibía información privilegiada del policía sobre las pesquisas del caso Gürtel y diversos chivatazos,
Villarejo: Puntuales. Prusiano total.
–Cospedal: Ya está, perdón.
–Villarejo: ¿Qué tal, cómo estás?
–Cospedal: Encantada. Muchas gracias, ¿un café o algo?
Villarejo tomará “un cafelito”, Cospedal y su esposo prefieren agua. Del Hierro le cuenta a su mujer el incidente al acceder a su despacho y sus preocupaciones por la seguridad del encuentro. Cospedal da garantías sobre la misma:
–ILH: Nos han hecho un lío, porque nos mandaban a la sexta. Porque está en obras y nos podemos encontrar con Ana Mato.
–Cospedal: Que no, claro que no, yo no había dicho nada. Es que se supone que este señor se tenía que haber ido ya, estaba ahí con Fernando Jaúregui y no terminaba de irse, no terminaba de irse, y he dicho, no Mariví. Que me esperen ahí.
–Villarejo: No pasa nada.
–Cospedal: No, si no hay nadie ahora, porque como estamos con el horario de verano y esta planta está en obras, pues aquí no hay nadie. Aquí estamos solo Mariano (Rajoy) y yo, y ahora no está, o sea que no hay nadie.
–ILH: Tú le has comentado a Cotino (Juan Cotino, consejero de la Generalitat Valenciana y exdirector general de la Policía) que tú y yo hablamos.
–Villarejo: Mmm, no.
–ILH: Cotino se lo ha dicho a María Dolores.
–Villarejo: No, no, no. Yo lo que le he dicho es que, del entorno…
–ILH: Exacto, del entorno.
–Villarejo: Sí, sí, porque me dice, me gustaría que hablaras con María Dolores, y digo, yo estoy hablando con el entorno.
–ILH: Sí, eso es lo que pasa. Es lo que le ha dicho.
–Villarejo: ¡Claro! ¿Por qué? Porque no hace falta. De todas maneras, hombre, dile que somos amigos.
Del mismo modo, López del Hierro le cuenta a Villarejo que con su esposa se refiere al policía con un nombre clave, “un pseudónimo”:
–ILH: Con ella te pongo con el pseudónimo. Voy a ver a ‘Pepe Pérez’, vengo de ‘Pepe Pérez’.
–Villarejo: Ah, muy bien, muy bien.
–ILH: Siempre con el pseudónimo. Y dice, Pepe Pérez debe ser del que me habla a mi Cotino, jeje, que me habla a mi Cotino, dice.
–Villarejo: Claro, claro, efectivamente.
En varias fases del encuentro, que dura más de una hora y media, Cospedal y Villarejo se exigen mutuamente confidencialidad en el encuentro.
–Villarejo: (…) Por favor, lo que sí es importante es que tengamos claro que si esto que estamos hablando trasciende indirectamente…
–ILH: No hombre, no.
–Villarejo: Te hago el matiz.
–Cospedal: Haces muy bien en decirlo, pero sí, desde mi punto de vista es igual, no puede trascender.
–Villarejo: Insisto, la discreción es fundamental.
–Cospedal: No te preocupes. Nada, por eso ni te preocupes.
–Villarejo: La buena suerte, como dicen, en tu casa o en la mía, y tal, nosotros tenemos la excusa absoluta. Ignacio y yo nos conocemos desde hace casi 30 años, mil años. Además hemos hecho maldades y bondades juntos ya se me han olvidado casi todas.
–Cospedal: Ya.
–Cospedal: Mariví, es discreción absoluta, absoluta. Aparte que no saben ni tu nombre, pero bueno, es la discreción absoluta.
–Villarejo: Que te quiero decir que este sistema, cojonudo, el tal. O sea, todo lo que sea. ¿Por qué? Tú no te preocupes que si tú no entiendes y tal, yo tendría una excusa para salir adelante y porque además, en el último extremo, yo digo como he dicho siempre, como no me dejen preñado, yo ya… Otra maldad ya no puede haber. Yo hace muchos años que tengo mis negocios, mis cosas, y con lo que tengo mueven vínculos con la casa, pero nada más ¿no? Pero, hombre, mis contactos, mis buenas relaciones y tal.
–Cospedal: Que sí, que sí.
–Villarejo: Se nos vendrían todas para abajo. Entonces…
–Cospedal: Que no, que no. Que yo soy la primera que a mí también se me vendría abajo, sería absurdo.
–Villarejo: Además, habrás visto que cada vez que yo le he dicho algo a Ignacio lamentablemente se ha cumplido.. (…).
La reunión acaba y Cospedal da órdenes para una salida discreta de su visitante.
–Cospedal: Que nos llamen al ascensor. Vamos directamente al garaje. ¿Lo tenemos ahí? ¡Venga, vamos!
Villarejo sale rápido y subrepticiamente de la sede de la calle Génova, cuya presencia nunca quedó registrada al evitar pasar por la puerta principal de ingreso. Vuelve a subirse al coche camuflado del PP. Le pide al conductor que le lleve hacia el centro comercial ABC de la calle Serrano. El trayecto es muy corto, porque al llegar a la glorieta de Rubén Darío, pide al conductor que le deje allí.
–Villarejo: Muchas gracias, buenas tardes.
En la radio seguía sonando el programa de Julia Otero, en Onda Cero.
Queda claro que Cospedal estaba pactando con un policía corrupto interferir en el juicio de la Gürtel. Luego dicen que el PP no interfiere en la justicia. A la vista está que interfieren.
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