domingo, 21 de octubre de 2018

EN EL TRIBUNAL SUPREMO NO SE ACLARAN. ¿ENTONCES?





LAS "PUÑETAS" DE LA JUSTICIA
La noticia salta a los informativos :"El Tribunal Supremo cambia su doctrina y dictamina que los gastos de la gestión de la hipotecas las debe pagar el banco".

En plan Gila. Oiga son los del Supremo, somos los bancos. Si, los que tenemos el dinero. Que han dicho ustedes que los gastos los tenemos que pagar nosotros, pero ¿en qué habíamos quedado?. Ya dijeron ustedes, hace nada, que los gastos "los pagan los clientes", como habíamos quedado. Y ahora nos han dado un susto, que hemos dicho "pero bueno que les ha pasado a estos chicos, ya se han olvidado de a quien sentencian". (No sabe usted con quien está hablando)


Que nos hemos dicho, les vamos a llamar para que vean que no vamos por las malas, que habrá sido un despiste. Como tienen tanto trabajo y trabajan tanto, se les habrá traspapelado con otra sentencia de raperos o personas indeseables, pero nosotros somos gente honrada.

Bueno, que me dice que lo cambian y quedamos como antes, vale, que hablando se entiende la gente. Ya saben que aquí estamos para lo que gusten pedir.

Pues ya está todo solucionado, los paganos los de siempre, como ha sido toda la vida, a estas alturas no vamos a cambiar nada.

En el Tribunal Supremo hubo un presidente, Calos Divar, propuesto por Zapatero, que lo primero que hizo como tal Presidente fue hacer una misa. Luego le acusaron de gastar en viajes de 'placer' con cargo a las arcas publicas una cantidad escandalosa, se hacia la semana 'caribeña de lunes a jueves, se llevaba en los largos fines de semana el coche oficial, el chófer y los escoltas. 

Lo cambiaros a empujones, pero el mal 'tufo quedaba'. Quien conoce los interiores del Supremo afirma que :  “El Supremo se ha convertido en un palacio de intrigas” lo dice José Miguel Sieira. Ex presidente de la Sala Tercera

Les recuerdo cómo forzó el PP a volver al TS al presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, Siro García-. Todo esto viene al caso para que se entienda hasta qué punto es anómala, más allá del escándalo espontáneo generado, la decisión del presidente de la Sala III del Tribunal Supremo de avocar a pleno el asunto de las hipotecas ahora. Lo cierto es que, si existía un problema de divergencia de criterios, Luis María Díez-Picazo debería de haberlo elevado al pleno antes de que se produjera la decisión que ha hecho felices a millones de españoles durante menos de 24 horas. Un presidente que sabe que uno de sus tribunales va a tomar una decisión que altera la postura jurisprudencial de su sala y de rebote hasta de otras, debería de haber tenido los reflejos de ejercer de presidente. ¿Por qué no lo hizo entonces? ¿Por qué ha sometido al más alto tribunal al escándalo de enmendarse la plana en menos de un día dando una marcha atrás escandalosa que deja al descubierto muchas de las vergüenzas del Tribunal Supremo?

La justicia aparece en las encuestas como "muy mal valorada por los españoles". No podía ser de otra forma.


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