Estaba en los EE.UU. cuando el Watergate, y se dijo para si "esto lo podré hacer yo". Aprendió que con el manejo de la información se puede llegar a provocar la caída del presidente de los EE.UU. Cuando volvió a Madrid se propuso que él sería el arbitro de la política del País. El 23 de febrero de 1981 le faltaron arrestos para sacar un editorial conjunto con el País apoyando la democracia contra el golpe de Tejero. El director del País, Juan Luis Cebrian lo corroboró que le había llamado para sacar un editorial conjunto y él se negó. ¡No había llegado su hora!.Quien le conocía bien por haberle tenido trabajando a sus ordenes afirmó de él que le retiró su confianza al comprobar que mentía.
Su carrera profesional ha estado salpicada de querellas por difamación. Tuvo acceso a una información que ponía contra las cuerdas al Gobierno de Felipe Gonzalez. La utilizó y vio que daba sus frutos. Organizó una Asociación de periodistas que según José Luis de Vilallonga, que publicó un artículo en La Vanguardia, en el cual, acusó a García-Trevijano de estar organizando una "confabulación que pretende desestabilizar al Gobierno [de Felipe González], provocar la abdicación del rey y proclamar una república". A la asociación en cuestión la llamaron "el sindicato del crimen".
Le llegó su momento de gloria con unas informaciones sobre los crímenes de Lasa y Zabalaza, secuestrados torturados y enterrados en cal viva. Una mancha muy negra sobre el Gobierno de Felipe Gonzalez y el cuartel de Inchaurrondo con el General Galindo a la cabeza del mando. Los jóvenes vascos Joxean Lasa y Joxi Zabala permanecieron encerrados en el sótano de un señorial palacio de Donostia. Allí sufrieron las salvajes torturas del denominado GAL verde, un grupo afiliado al terrorismo de estado que hacía alusión al color del uniforme que usaban sus miembros más destacados: los guardias civiles Enrique Dorado, Felipe Bayo, Ángel Vaquero y Enrique Rodríguez Galindo. Fueron enterrados en cal viva con un tiro en la nuca en Alicante. No fueron las unicas victimas del GAL.
Esta información le situó en la cresta de la ola. El Gobierno de Felipe Gonzalez pierde las elecciones del 96 y gana José María Aznar. El "elegido" para acompañar en el balcón al presidente Aznar no puede ser otro que el muñidor de informaciones. Lo había logrado, pasaba a ser el hombre más influyente de España. Durante las legislaturas 1996-2000 y hasta el 2004 nadie estaba a su altura.
Ocurrieron los atentados del 11-M de 2004. desde el primer momento utilizó la mentira como método de trabajo . Perdió en la porfía pero continuo desangrando al país con patrañas absurdas. Crisparon todo lo que pudieron, llegaron hasta el paroxismo de pagar a un fulano que confeso que el "por dinero contaba hasta la guerra civil". Pero él tenía vocación de "corcho", flotar con cualquiera. El presidente Zapatero le concedió su primera entrevista. ¡El buenísimo de Zapatero se demostró como una gilipollez! Él sabía que una mentira hace el daño inmediato y las rectificaciones llegan tarde o nunca, el daño ya estaba hecho.
Su excompañera le denomina "el innombrable", pues dejemosle así, no vamos a corregir a quien también le conoce.
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