Da grima ver como se ha instrumentalizado el dolor por los fallecidos a causa del coronavirus por el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid en el funeral de la catedral de la Almudena. Y da mucha más grima ver como la corona se ha prestado a semejante maniobra política orquestada por PP. Cs y VOX. Tan orquestada era la maniobra que Pablo Casado presidente del PP recibió a los reyes como si de una autoridad se tratara. Este Casado sufre de paranoias como con sus máster que nadie ha visto.
Porque es miserable usar así a las víctimas de la pandemia que nos ha golpeado de una manera tan dura. Es de una miopía extrema el manipular el dolor de quienes han sufrido la covid-19 con la pérdida de seres queridos de los que ni siquiera pudieron despedirse en familia por las condiciones del confinamiento.
Pero había que atacar al Gobierno y para eso vale todo. También arrastrar, una vez más, el sentimiento de miles de cristianos y cristianas que sienten como un insulto el que se utilice aquello en lo que creen, para hacer una campaña de la derecha más rancia.
A eso es a lo que se apuntó la Conferencia Episcopal y el arzobispo de Madrid cuando organizaron ayer en La Almudena una misa para boicotear el funeral de estado, el acto civil de homenaje a las víctimas que tendrá lugar el próximo 16 de julio.
Porque "lo de todos y todas" es lo del 16 mientras que la ceremonia de ayer era la pantomima organizada para darle un tortazo al Gobierno y en el que las víctimas eran lo de menos. En miles de eucaristías, muchas cristianas y cristianos han recordado a quienes han fallecido. Pero lo de ayer era otra cosa. No es de extrañar que estuvieran buscando salir en la foto de la pasarela organizada al efecto, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el alcalde de la capital, José Luis Martínez-Almeida o políticos como Pablo Casado (PP), Edmundo Bal (Cs) e Iván Espinosa de los Monteros (Vox). Era "su" operación. Una extensión de lo que ocurre en el Congreso de los Diputados y Diputadas. Lo que es una vergüenza mayor si cabe es que asistieran los reyes con sus hijas, la vicepresidenta Carmen Calvo y altas autoridades del Estado. Sobraban allí. La pasarela Almudena huele a sotana y naftalina rancia. Paradójicamente, había tanta gente "importante" que las familias de las víctimas, las verdaderamente importantes, no tenían sitio y se quedaron en la calle.
La Conferencia Episcopal Española es de lo más rancio y carca, están convencidos que su palabra es la de Dios. En otros tiempos, eso era considerado blasfemia. Ahora ellos se lo guisan y ellos se lo comen. Guarda un paralelismo con la Curia Argentina en tiempos de la dictadura militar. Los argentinos absolvían y reconfortaban a los asesinos cuando volvían de los vuelos de la muerte. La Curia española le dio el tratamiento de cruzada a la horrible sublevación de llevó a la guerra civil y, a la dictadura criminal del General Franco. General Franco que entraba en la iglesia bajo palio. Esto está reservado en el Derecho Canónico al Altísimo. Franco era para la Curia española el Altísimo.
Ahora todo vale contra Pedro Sánchez, ya se encargan los fachas y sus libelos como el ABC, 3TV o la COPE de dar la vuelta a la noticia para que el malo sea siempre Sánchez.
Si en la Comunidad de Madrid se han muerto en sus residencias bajo tutela de la Comunidad 26.000 personas, se retuerce la noticia de tal forma que se le puedan tirar a la cara a Pablo Casado; la cuestión es el "difama que algo queda" que puso en marcha el facherio de AP luego PP desde el momento que el PSOE ganó las elecciones en el 82.
Un poco de memoria no nos vendría mal: En 1931 se proclamó la República, en 1932 el general Sanjurjo intentó un golpe de Estado. El 18 de julio de 1936 los militares, Mola, Queipo de Llano, Sanjurjo y Franco se sublevaron y dio comienzo la guerra civil que duró tres años y trajo cuarenta años de dictadura ignominiosa. Esta es la linea argumental de la derecha española y de la Conferencia Episcopal .
Estas sotanas que no mandan al fuego eterno del infierno desde que tenemos memoria, siguen en sus trece. Siempre hemos sido responsables de lo que dicen ellos que pasó hace más de 2.000 años. Pero ellos solo miran la recaudación de los cepillos y se olvidan que Jesús, su maestro, echo a palos a los recaudadores del Templo. De esto se olvidaron muy pronto. La Iglesia española siempre con los ricos y con el poder, siempre y siempre.
Como decía el marqués de Leguineche, en la película de Berlanga: "siempre con un cura a mi lado para que en el ultimo momento me de la absolución". Eso es pragmatismo. Sí señor.
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