Resulta bochornoso tener que oír a Francisco Marhuenda, director de LA RAZÖN, negar todas las evidencias de los chanchullos económicos de Juan Carlos I. Ahora, todos los periodista dicen que "ya se sabía entonces, pero que había un trato de favor a Juan Carlos porque nos había traído la democracia". Esto es baba pura y no saber de que se habla.
La democracia, vigilada, vino como consecuencia de la muerte del dictador Franco y de la presión en la calle para que fuéramos un país democrático. Fue Lampedusa el que dijo “Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie”, y así se hizo. Ya teníamos un Jefe del Estado designado como sucesor por Franco, nos lo comimos con patatas, a titulo de Rey, eso de Rey le gusta mucho al capullo de Marhuenda. Se hicieron los retoques necesarios para que no creyéramos un estado democrático, pero todo seguía igual. Nada había cambiado.
Nos colaron una Constitución en la que se decía "todos los españoles tiene derecho a una vivienda digna"; pero los ayuntamientos han vendido las viviendas sociales a los fondos buitres. ¿Para qué sirve la constitución?
Se dice que la persona del jefe del Estado es inviolable, pero no se aclara si en sus actos como Jefe del Estado o como persona que se queda con dinero de comisiones y no las declara a Hacienda. Aquí los constituyentes ni estuvieron muy finos. Lo debía aclarar el TC.
Han saltado los escándalos económicos de Juan Carlos I porque hace más de un año el Rey Felipe supo de una herencia que le asignaba su padre de dineros nada limpios. Esperaron al "Estado de Alarma" para hacer el gesto de su renuncia a la posible herencia, no se puede renunciar de los que no es tuyo, es una mera declaración de intenciones a futuro para tratar de limpiar una imagen, muy, pero que muy deteriorada.
La Casa Real, a la que defiende Carmen Enriquez, periodista de la casa, y Francisco Marhuenda, se ha tirado a la calle para ganarse los aplausos y el rechazo, esto no lo sacan las televisiones, de su amado pueblo. Pero un país que las está pasando canutas por la pandemia del coronavirus, no está para paseos y aplausos a los monarcas.
Una institución que, en España, se ha caracterizado por el desprecio a su pueblo no tiene mucho porvenir. Recordemos que Carlos IV alquiló España a para que la ocupara Napoleón, que su felón hijo Fernando VII se ciscó en la Constitución que el había jurado defender y fusiló a los liberales que había jurado respetar. Que Isabel II se largó y no volvió ni a la boda de su hijo por golfa y por hacer negocios con golfos, como su madre, la Regente María cristina y sus negocios golfos con el marqués de de Salamanca. Alfonso XIII apoyó y firmó el golpe de Estado de Estado del general Primo de Rivera. La República le repudió.
Franco dio un golpe de Estado y tuvimos cuarenta años de dictadura. Antes de morir designó a su sucesor en la persona de Juan Carlos de Borbón y Borbón que reinaría como Juan Carlos I. Fue una "instauración de la monarquía de Juan Carlos I" Un invento de Franco.
Todavía quedan gentes que van a coger un trozo de la moqueta que alfombró la ceremonia de la boda de Felipe con Leticia, luego lo ponen en un relicario en el comedor. ¡Hay gente pa tó! Como dijo Rafael el Gallo.
LA TRIBU DE LOS ESPABILAOS
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