Estamos en un Estado Aconfesional, hay libertad para elegir cualquier religión, pero la conferencia Episcopal Católica se apropia de los muertos y protagoniza un funeral con la presencia del Jefe del Estado, Felipe VI y autoridades de la Comunidad y del Ayuntamiento. Pablo Casado se coloca a continuación de Diaz Ayuso como si fuera una autoridad. Como hiciera con los sanitarios en la Puerta del Sol que se puso a pasar revista delante de Martinez Almeida, el tio Pepito, que le cedió el puesto.
En el año 1954 para cursar en el ingreso de bachillerato me pidieron ... y una "fe de bautismo". Han pasado mas de 66 años y la Iglesia Católica se sigue adueñando de todo, incluido de los muertos, sean de la creencia que sean. En los funerales los curas demuestran que ellos son los dueños del destino del muerto. Tienen capacidad para "salvar" el alma del finado de los terribles tormentos del fuego eterno mediante misas, convenientemente remuneradas. En España la Iglesia Católica, desde los tiempos de Isabel de Castilla, la mal llamada la Católica, apelativo que les concedió un Papa corrupto y golfo, que fue Papa gracias a los dineros de Isabel y Fernando, el Papa Borgia, golfo y asesino donde los haya, se instaló la Inquisición y, todavía anida su espíritu en muchas conciencias de las sotanas hispanas.
Estamos en una España de caspa y sotana. Las sotanas son del PP y no toleran otra cosa. Amenazan con voz de ultra tumba de la condena eterna a quien no les obedezca. Un familiar cura, con muchos años de ejercicio me confesó: "lo primero que te enseñan en el seminario es a hablar, nuestro oficio es hablar". Los evangelistas, con fuerte implantación en los EEUU y ahora en España dominan la palabra para envidia de los políticos.
Lo más chusco del besamanos a los Reyes y las Infantas ha sido la reverencia de la patosa de Diaz Ayuso y la presencia como autoridad de Pablo Casado. Lo de este pollo es de hacérselo mirar. ¡Ya se ha autoproclamado "autoridad"! ¡Y se lo ha creído!
Un funeral de Estado debe ser por todos los fallecidos y no organizado por una sola secta religiosa. Esto clama contra el más elemental sentido del respeto a las victimas. Que son de todas las creencias. Hubo muchos familiares que no entraron en la Almudena. Yo no entraría.
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