ECHENIQUE PORTAVOZ DE UNIDOS PODEMOS SE ALIAN CON PUTIN
ESTOS PELOTAS DE SALÓN YA SE QUEDARON EN IGUAL SITUACIÓN CON EL APOYO A LOS INDEPENDENTISTAS CATALANES Y LOS ASESINOS DE ETA.
De lo sublime a lo ridículo no hay más que un paso
Hoy es una obligación señalar a esa izquierda que va ignominiosamente desnuda en un contexto grave en el que nos jugamos el futuro de nuestros derechos y libertades.
Van desnudos.
Para cubrirse deberían, en primer lugar, analizar los acontecimientos que oscurecen a Europa desde la perspectiva del derecho internacional. Ese que nos dimos para no volver a repetir los desastres. Porque hay guerras justas y guerras injustas. Decir no a la guerra injusta es sublime, decir no a la guerra justa es no solo cobarde sino peligroso. Hay un estado que ha violado las normas y sabemos que se llama Rusia. No hay ni puede haber duda en el diagnóstico. La virtud reside en el punto medio solo entre dos extremos igualmente viciosos. No es el caso. Cuando hay un extremo vicioso y otro victimizado, solo cabe ponerse del lado del injustamente agredido. No hay otra postura ética, sobre todo para la izquierda, ni práctica, sobre todo para un defensor de los derechos humanos. Después hay que analizar el contexto, con seriedad, y eso incluye no solo la geopolítica sino también la Historia. La reescritura de la historia es muy responsable de estas horas de dolor, porque en ella abreva Putin. La memoria histórica no solo sirve para reparar una injusticia cercana o para darle con ella en la cabeza al adversario o para ponerse medallas. La memoria de la historia debe servir para no repetirla. Pero hay que saber a qué parte de la historia hay que remitirse y no liarla deliberadamente, como hace el agresor.
Hay que entender el fondo del conflicto, que no se restringe a una mera invasión territorial ni a cuestiones de seguridad nacional ni siquiera a la libertad o independencia de un estado. El fondo del conflicto es el ataque de un régimen autoritario a las democracias liberales. Es todo nuestro sistema de vida el que está amenazado. Lean el reciente manifiesto sino-ruso, es otro orden mundial el que quieren alumbrar. Por eso, algunas posturas solo pueden responder a dos cosas: o son una falta de comprensión de lo que nos jugamos o, por contra, son la constatación de que la defensa de la democracia liberal no entra en sus planes porque no es la forma de gobierno que ellos prefieren. Deberían aclararlo. Al menos así entenderíamos este desvarío.
Es tan absurdo, o tan sibilino, el planteamiento que Yolanda Díaz y Alberto Garzón se han desmarcado de él. Una, apoyando las medidas de auxilio con armas a un pueblo que ha decidido plantar cara al invasor y defender el camino de democracia, perfectible, que han emprendido; otro, dejando claro que no hay otro culpable ni otro agresor que Putin. Los Verdes, en Alemania, apoyando desde el gobierno no solo ese envío de armas sino el incremento sustancial del presupuesto de defensa de su país. La Europa de la defensa común se está construyendo ante nuestros ojos.
A ESTE ASESINO APOYAN LOS DE PODEMOS. SON UNOS ASAMBLEARIOS DE PACOTILLA QUE NO HAN EVOLUCIONADO DE LOS TIEMPOS DE SU FACULTAD DE POLITICAS.
A Iglesias le han dicho sus amigos militares que los ucranianos no pueden ganar a Rusia y que, por eso, no hay que armarles porque es mandarles a la muerte. Siento decirle a esos amigos, que la determinación de los ucranianos, junto con las medidas adoptadas por el resto del mundo, ya han hecho de Putin el perdedor. La guerra de esta izquierda parece dilucidarse en el tablero del Risk, a tanto alzado, por correlación de fuerzas, y así le dicen a Iglesias que los ucranianos no pueden ganar y si no puedes ganar ¿para qué luchar? Tampoco podían hacerlo sobre el papel unos españolitos a Napoleón. Cosas que pasan. No, la idea que le dan a Pablo Iglesias es aún mejor. Le dicen sus amigos que la única posibilidad con posibilidades de éxito es mandar una misión internacional bajo mando OTAN, es decir, decidir si vamos a la guerra con Rusia. Sus amigos le han explicado que eso sí es efectivo, pero que supone darle al interruptor de la conflagración mundial. Así que como los ucranianos no pueden ganar y no podemos enfrentarnos a Rusia, ya que sería una guerra total, pues que hay que quedarse en las declaraciones, apostar por una nebulosa vía diplomática y no hacer nada. ¡Vaya, nadie ha pensado en eso! Hablen con Macron. La ministra Belarra ha salido a decirnos lo mismo, pero ninguno de los dos ha dicho nada en realidad. Menos mal que gobiernan pero poquito. ¿Qué vía diplomática? ¿Instrumentada cómo? ¿En qué condiciones y por qué organismos? ¿Con qué presión a Putin para que acepte ese diálogo? ¿Con qué propuestas concretas? Si van a hablar en los próximos días va a ser porque los ucranianos van mejor de lo que los rusos esperaban. De eso nada dicen. Van desnudos.
Ni siquiera Melenchon, líder de la Francia Insumisa, aunque está en su línea, va tan en pelotas. En su intervención ante la Asamblea, comenzó afirmando que “Putin tiene la única responsabilidad” y que la disyuntiva actual es “o la diplomacia o la guerra total” y también se achanta afirmando que “las medidas que tomemos no se pueden volver contra nosotros”, lo que no es sino una falta de redaños para defender lo nuestro. Al menos concreta y plantea su posición. Melenchon pide aceptar negociar “el fondo de la cuestión” -la seguridad rusa, su espacio vital- y quiere hacerlo en una sesión extraordinaria de la OSCE en la que se proclame la neutralidad de Ucrania para trabajar después en la desnuclearización total del mundo. No es que yo no vea agujeros enormes a la propuesta del insumiso francés, la primordial que ese no es realmente el fondo de la cuestión, pero, al menos, plantea algo. Ni Belarra ni Iglesias ni Echenique ponen sobre la mesa nada concreto. Lo que dicen es tanto como no decir nada y así nada puede rebatírseles. No son los únicos.
Iglesias “quiere ser muy claro” y “contarnos la verdad”. Él sabe que esto de mandar armas es cosa de “la presión mediática” y el “humor social”. ¡Qué trauma tiene con la aguja hipodérmica! ¡Qué desnudo va! Tanto como para tener el cuajo de comparar a los medios de comunicación que se le han atragantado con los medios de propaganda rusos. Solo a los que no le dan bola, no con los que él colabora, aunque son iguales, entiéndanme, igual de empresas e igual de parte de un ecosistema informativo democrático. Eso o es reflejo psicoanalítico o es desconocimiento o es una forma de mostrarnos qué tipo de medios le gustan: los de pura propaganda. Es de primero de una carrera que seguro desprecia saber diferenciar las armas de propaganda de las agencias de un estado autoritario de la línea editorial de los medios de un estado democrático. No, no es un ningún atentado a la libertad de información bloquear RT y Sputnik porque para eso tendrían que hacer información y no propaganda de guerra. Son armas. Las democracias de la Unión Europea deben ser militantes y defender sus valores porque, como verán, a esta izquierda desnuda no le gusta mandar armas pero tampoco bloquear las octavillas con propaganda que tiran los aviones enemigos -les veo recogiendo las que pergeñaba Goebbels para proteger su libertad de expresión en las líneas enemigas- ni bloquear los sistemas bancarios. Pierdes toda la credibilidad cuando te niegas a todas las defensas posibles y encima te declaras abanderado de la paz. ¿Qué paz, la del que deja que le arrebaten los derechos y libertades por los que han muerto y peleado millones de europeos durante siglos? Por la libertad y por los derechos humanos se sacrifica todo, se da la vida si es preciso. Quien no esté dispuesto a ello, no cree en tales valores.
No hay que armar a los pueblos que defienden la libertad por si eso nos perjudica, nos predican. Eso exactamente fue lo que hicieron Inglaterra y Francia cuando dejaron sola e inerme a la II República ante un agresor auxiliado por Alemania e Italia. Eso decidieron, cerrar los oídos a los llamamientos angustiados que Negrín les hizo en la Sociedad de Naciones en septiembre de 1937: “España sube a la tribuna (…) a denunciar en Europa un estado de guerra. Los campos ensangrentados de España son ya, de hecho, los campos de batalla de la guerra mundial”. Los dejaron solos, por intentar evadirse de una guerra, que se les vino encima igual porque no era una guerra por España sino contra el fascismo, que Hitler ya había decidido provocar.
Conviene no posicionarse igual. Esa izquierda no se da cuenta de que el apaciguamiento -que ellos disfrazan tomando en vano el nombre de diplomacia- no sirvió.
Nadie en Europa ni siquiera la mayoría del pueblo ruso quiere una guerra. Nadie en España quiere una guerra. Todos queremos evitarla. La cuestión es cómo y a costa de qué y eso es a lo que la izquierda que va desnuda no responde.
ESTOS DE UNIDOS PODEMOS SON DE CATECISMO LENINISTA.
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