Archivado el "caso 8M". Declaraciones falsas, bulos de ultraderecha, manipulaciones en informes de la Guardia Civil, todo cayéndose al suelo. Ridículo completado con éxito.
¿Que el informe sobre el 8-M de la Guardia Civil lleno de errores, bulos y recortes de noticias falsas del panfleto de Inda no ha servido para nada? ¿Qué ha podido pasar?
¿Y ahora qué? ¿Se acabará por fin la perorata de las derechas tratando de personificar en la manifestación feminista todos los males de la covid-19 en España? Pues visto lo visto va a ser que no. Porque más allá de los hechos, parece que lo importante para algunos era la campaña mediática para identificar al 8-M con el coronavirus.
Y es que algunos vieron un oportunidad de oro: la posibilidad de atacar al Gobierno y al feminismo a la vez. No hace falta recordar cómo tanto PP como Vox han cargado contra el movimiento feminista de forma constante. Ya en 2019 Casado acusaba a las convocantes del 8-M de "enfrentar" a hombres contra mujeres. Y de los ultraderechistas de Vox para qué hablar.
De este modo, el 8-M ha sido el objeto de todos los señalamientos, cuando el propio PP acudió a esa misma manifestación, cuando Vox tuvo su acto alternativo y cuando durante esos días de marzo se celebraron decenas de actos multitudinarios en toda España. Partidos de fútbol, de baloncesto, conciertos, congresos... Por no hablar de transportes públicos como Metro de Madrid, donde se movieron millones de personas en esas fechas.
El 8-M, en los medios a diario
Pese a todo ello, en la prensa de la derecha, la matraca del 8-M se ha convertido en un tema diario en las últimas semanas. El Mundo, por ejemplo, ha ido con el tema a tumba abierta: solamente en los últimos 18 días ha dedicado espacio en 14 de sus portadas, algunas de ellas abriendo a seis columnas. No es amor, lo que tú sientes se llama obsesión.
En La Razón, el asunto ha ocupado espacio en su portada en 11 ocasiones en ese mismo periodo de tiempo. En el caso de ABC, que tiene un formato de portada temática, se ha dedicado al 8-M en seis ocasiones.
Mientras tanto, no mereció ni un hueco en la portada de ABC ni en la de La Razón la aprobación del Ingreso Mínimo Vital, una medida histórica que va a beneficiar a millones de españoles. Era más importante sacar cosas sobre un caso que al final ha sido archivado. Blanco y en botella.
Acusaciones, bulos, palabras gruesas...
Los políticos de las derechas, fieles a su estilo, también han utilizado todo tipo palabras gruesas, bulos, y graves acusaciones relacionadas con el 8-M para tratar de mantener vivo ese falso argumento.
Santiago Abascal aseguró en el Congreso que "gritar viva el 8-M es gritar viva la enfermedad y la muerte" y habló de "responsabilidades criminales". Sí, el mismo político que el 8-M organizó un acto antifeminista en Vistalegre, en el que se le vio al lado de un Ortega Smith que tosía, se sonaba los mocos y daba la mano a los asistentes (luego dio positivo por coronavirus).
Y una vez más, los bulos han formado parte de la estrategia. El 3 de junio, Pablo Casado aseguró en el Congreso que las manifestaciones del 8-M se suspendieron en Alemania, pero esto es falso. De hecho, se celebraron en distintas ciudades del país como Berlín, Hamburgo y Munich. Es muy fácil comprobarlo (si se quiere, claro).
Casado también espetó a Sanchez en sede parlamentaria que "ser feminista no es poner en riesgo a centenares de miles de mujeres el 8M" y aseguró que podría haber cometido "varios delitos". Una diputada del PP, Margarita Prohens, llegó a acusarles de jugar "a la ruleta rusa" con las mujeres.
También en las redes, seguidores de partidos de derechas se han sumado a la matraca de 8-M sin hacer referencia a otras manifestaciones, eventos y actos de aquellos días. Y como siempre, sólo contra el feminismo:
"La hecatombe se veía venir. Lo sabían", tuiteó este lunes el líder del PP, Pablo Casado, (como siempre tan acertado) haciéndose eco de un polémico informe forense remitido a la jueza. "El pecado original de esta pandemia es la obsesión ideológica por el feminismo", había dicho la semana anterior su portavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo. En Vox tampoco han escatimado en declaraciones subidas de tono en los últimos días. Su portavoz en la comisión de Sanidad, Juan Luis Steegmann, aseguró este jueves que el pasado 8M "pasará a la historia de la enfermedad y de la desgracia en España".
En esa estrategia de oposición han tenido mucho que ver los informes del forense y de la Guardia Civil, estos últimos plagados de conclusiones sesgadas, errores y hasta bulos difundidos por algunos medios, que han servido a la jueza para mantener abierta durante más de dos meses esta investigación. Los testigos desmontaron ante la jueza una de las principales tesis con la que la Guardia Civil trató de apuntalar la acusación de prevaricación contra Franco: que la Delegación del Gobierno presionó a quienes tenían actos convocados después del 8M para que los anularan por la alerta sanitaria mientras había mantenido la marcha feminista.
La decena de promotores de manifestaciones interrogados negaron esas presiones, lo que llevó a la magistrada a concluir que "no ha quedado indiciariamente acreditado que con dichas llamadas se coaccionara a los convocantes o manifestantes a no ejercitar su derecho fundamental". Varios testigos aseguraron que ni siquiera fueron contactados o que ya habían tomado la decisión de suspender antes de que los funcionarios de la Delegación del Gobierno se pusieran en contacto con ellos.
Illa y Simón en los informes de la Guardia Civil
En sus informes, tanto el instituto armado como el forense señalaron al ministro de Sanidad, Salvador Illa, y al director del Centro de Emergencias Sanitarias, Fernando Simón, aunque ninguno estaba siendo investigado por la jueza.
De este último, diana de las críticas de la derecha por ser la voz del Gobierno durante la pandemia, la Guardia Civil llega a decir en uno de sus atestados que algunas de sus palabras "implican un propio riesgo para la comunidad". El médico forense Julio Lorenzo Rego, por su parte, afirmó en el segundo de sus informes que "la hecatombe en España" que ha devenido en la crisis sanitaria "se veía venir" desde semanas antes del 8 de marzo y que ambos conocían la situación.
La jueza rechazó actuar contra Simón porque ya había otras denuncias contra él en otros juzgados que también han acabado archivándose sin dar lugar a ninguna investigación. No obstante, en el auto en el que cierra la investigación contra el delegado del Gobierno Rodríguez-Medel deja abierta la puerta a otras responsabilidades y advierte de que si otras autoridades o instancias conocían o no el riesgo de contagio que se podía producir en aglomeraciones es algo que "no es objeto" del procedimiento que ella inició el pasado 23 de marzo.
La abogada del Estado Rosa María Seoane, encargada de la defensa de Franco, ha insistido en sus escritos en que Rodríguez-Medel ha intentado "convertir" esta investigación en una "causa general" contra la actuación del Gobierno en la crisis sanitaria y ha criticado que en su "afán de encontrar indicios" solicitara información también de "otras autoridades" a las que ni siquiera identificaba en sus resoluciones.
Seoane, que defendió con éxito los intereses del Gobierno en el procés, también ha resaltado la "sorprendente celeridad" de la jueza para aceptar la denuncia —el pasado 23 de marzo, solo tres días después de que cayera en su juzgado— e impulsar las pesquisas en plena pandemia y con todos los procedimientos judiciales no esenciales suspendidos por el estado de alarma.
También la Fiscalía, que pidió esta semana el archivo de la causa, se unió en los últimos días a las críticas por la "celeridad" de la instrucción. El Ministerio Público afirmó incluso que la jueza había vulnerado el derecho a la tutela judicial efectiva del único investigado al llevar adelante la investigación "sin posibilidad de que se tramiten de forma ordinaria los recursos planteados y sin que la actividad instructora pueda ser valorada por un órgano superior con la misma celeridad que la instrucción".
NADA NUEVO. PERO CONVIENE RECORDARLO QUE LA MEMORIA ES MUY FRÁGIL.
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