¡QUÉ GARBO! ¡QUÉ MANERAS! SE HA EQUIVOCADO DE SITIO. ES DELANTE DEL ARADO Y TIRANDO CON EL RONZAL PUESTO |
A la derecha lo de sentarse en el banquillo de la oposición les sienta fatal, les saca de quicio, y se lanzan en tromba desde el minuto cero a recuperar el balón, así sea a base de zancadillas, roturas de menisco o denuncias de genocidio. Así, desde lo más hondo de la caverna y a través de sus palanganeros radiofónicos han acusado a Sánchez de dirigir el asesinato masivo de millares de españoles y a Iglesias de colaborar en la eutanasia del mismo modo que acusaron a Zapatero de montar el atentado del 11-M sólo para dar un vuelco en las urnas. Les da lo mismo recurrir a ETA, al yihadismo islámico, a Putin, a Maduro, a un laboratorio secreto en Wuhan o al toro que mató a Manolete. Lo que haga falta.
Pablo Casado se nutre de la mala leche de José María Aznar y tiene como escuderos a Cayetana Alvarez de Toledo, la porteña, y a García Egea, campeón de lanzamiento de huesos de aceitunas con la boca. Todo un deporte de riesgo. Con esos mimbres y su conocida incapacidad mental, se cree un listo pero solo vale para ir delante del arado tirando.
Solo de quien nos engaño con la autoría del atentado del 11-M se le puede ocurrir responsabilizar al gobierno de Sánchez de los muertos del coronavirus. Es propio de psicopatas-hijos de putas esa actitud. ¡Todo sea por un voto! Ya los conocemos a todos. En la Republica del 31 dieron un golpe en el 32. El definitivo vino el 18 de julio del 36.
En 2004 perdió Rajoy y junto con sus palanganeros de la caverna mediática se inventaron que los muertos autoinmolados de Leganes eran muertos congelados que había llevado la policía, era ministro Acebes del PP. Los mismos que decían entonces esas barbaridades son los que ahora propalan las mentiras sobre Sánchez y, los que apoyan a Casado.
En estas podredumbres ilustradas se apoya Pablo Casado y sus huestes, con el ariete de Cayetana, la porteña. Esta diputada es una política de bronca chulesca a la 'porteña'. La ha impuesto Aznar; que metió a España en una guerra ilegal e injusta y basada en la mentira de las armas de destrucción masiva, a sabiendas que no las había. Aznar tenía información de primera mano del embajdor en Washington, Javier Ruperez, que le confirmó que no había armas de destrucción masiva en Irak.
Este puñetero coronavirus se tiene que llevar por delante a toda la clase política actual. Nos están demostrando que no vale ninguno. Son de desecho de tienta y cerrado que no valen ni para carne del cocido
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