domingo, 26 de abril de 2020

¿LA BOLSA O LA VIDA? ESA ES LA CUESTIÓN

EL DILEMA ES SERIO: CORRER RIESGOS DE CONTAGIO Y EXPONERNOS  A UNA NUEVA RECAÍDA O METER GASOLINA AL CONSUMO PARA EVITAR EL  COLAPSO

Un supuesto muy común: Una pareja ha decidido montar un hotelito rural ante la buena marcha de este tipo de turismo. Se entrampan hasta las cejas con hipotecas de todo tipo. La esperanza está en la llegada del buen tiempo y las vaciones de Semana Santa, luego vendrá el verano y si todo va bien se pagan las hipotecas y a disfrutar del hotelito. Los carniceros y demás tiendas del pueblo se ponen muy contentos ante la llegada de nuevos clientes a los que parece quemar el dinero en el bolsillo y que como son capitalinos todo les parece nuevo, hasta las magdalenas de La Bella Easo. 

Todo era alegría ante un futuro tan prometedor. Cuando un capitalino pisa un pueblo es un cliente al que se le vende como "de aquí" lo que es de una central que surte a El Corte Inglés. El cliente se come unas chuletas de un cordero Israelí y dice "se nota que son de aquí, tienen otro sabor mas de campo"

Marzo de 2020, aparece la amenaza,  luego realidad, de un jodio bichito el covid-19 que mata con verdadero fervor y es contagioso de la leche. Las autoridades sanitarias dan la alarma y el Gobierno de la Nación decreta el Estado de Alarma. Primera consecuencia: todos confinados en casa y sin movernos a ningún lado. El hotelito cierra sine die y si no hay clientes no hay recaudación. Los proveedores al hotelito ven como no hay pedidos y los turistas capitalinos con dinero fresco no llegan. Una tragedia en toda regla. Las consecuencias están por llegar pero todos nos las figuramos. Miedo a salir de casa, inseguridad por posible contagio. En definitiva "mira chica, nos quedamos en casa y ya veremos más adelante".

Esto lo llevamos a cualquier sector, pero la hostelería y el turismo se van a quedar desmantelados para mucho tiempo. Si no hay raciones de boquerones en vinagre que poner en una mesa, los que proporcionaban los boquerones no los venden y, si las cañas que se ponían no se sirven  los trabajadores afectado van todos al paro,  las familias afectadas bajan su nivel de compra diario y así una cadena interminable que acaba no se sabe dónde pero acaba muy mal.

Hasta que no tengamos una vacuna eficaz y un tratamiento que lo cure, conmigo que no cuenten para subirme a un avión o un tren, para meterme en un hotel que lo tienen que desinfectar todos los días y, tomarme unas tapas con verdadera prevención por quién y cómo las ha manipulado; además de estar desayunando de una bandeja metida en una bolsa de plástico en la habitación del hotel. Para eso me quedo en casa que ya he viajado bastante.

En la America de Trump han decidido que "mas vale unos cuantos viejos muerto pero salvemos la economía". ¿Y si la tasa de muertos es tan grande que no llega para salvar la economía? El bichito no entiende de clases sociales, ahí esta el gilipollas de Boris Jhonson descojonandose del bichito y ha tenido que pasar por la UCI. Será primer ministro de su Majestad, pero es gilipollas, eso sí elegido por sus votantes, no lo olvidemos nunca.

Cuando empezó esto, primeros de marzo 2020, yo  comenté "es lo más grave que nos ha ocurrido a nuestra generación". "La hostia económica va a ser pavorosa, porque va a ser a nivel mundial y, solo el que tenga ahorros lo sobrellevará, los demás las van a pasar muy putas".

Los comerciantes se tienen que poner las pilas y modificar muchos malos hábitos adquiridos. Tienen que llevar sus productos directamente al consumidor y poner unos precios que no sean abusivos. Tienen que quitarse la soberbia del que le iba bien, por la modestia de no despreciar ningún cliente. Esto ultimo está siendo muy habitual desde la bonanza del año 2.000, luego corregida en el 2008 pero que todavía quedaban muchas malas maneras por la prepotencia del que ha crecido muy rápido y que ahora se va desplomar a un abismo insondable.

No se si algo cambiará después de esto; mucho me temo que no. Tenemos muy malos hábitos adquiridos. Ahora valoramos a los enfermeros y personal sanitario y hasta hace muy poco eran victimas de agresiones. ¡A ver cuando se valora al que nos cuida en una cama después que el médico nos ha curado! Solo nos acordamos del médico; pero con una mala atención de enfermeros la estancia en una cama de hospital puede ser muy desagradable.

Un respeto y un aplauso a los "intermedios que nos cuidan en un hospital".

¿La bolsa o la vida? Sin vida no hay nada, ni bolsa ni economía ni nada. Ya va siendo hora que enterremos a los neoliberales que solo ven el dinero como fin de la vida.

 
 


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