LAS COLAS EN EL SUPER HAN SIDO COMO EN LOS TIEMPOS DEL RACIONAMIENTO |
En la tarde noche del 23 de febrero de 1981 unos golpistas entraron a tiros en el Congreso de los Diputados, pudo haber sido una guerra, de hecho mucho lo estaban esperando. Una amiga, Africa Malo de Molina, le dijo a su padre "voy a bajar a por un litro de leche por si hay guerra". El padre que había vivido la guerra civil la dijo "si hay una guerra vas a hacer tú mucho con un litro de leche".
Hoy estamos como en una guerra y no se 'debe' salir a la calle nada más que para lo necesario, entre lo que se encuentra la compra de comida. No para acaparar y provocar desabastecimiento, como vimos el primer día con rubor como alguna gentuza se llevaba todo lo que encontraba en los estantes. Daba vergüenza ajena esos comportamientos.
Afortunadamente los super se han puesto las pilas y llevan los pedidos a los domicilios. Una experiencia desastrosa es la que he tenido con el super del El Corte Ingles. Hice un pedido y me llegó con dos días de retraso. No pasa nada sI me hubieran avisado. Lo peor fue que cuatro quilos de arroz se convirtieron en 'catorce' kilos. ¿Incomprensible? No, hay más, seis latas se convirtieron en dieciséis y un kilo de sal pasaron a ser tres kilos. Los teléfonos constantemente bloqueados y cuando te lo cogen en un numero de pago una fulanita no te hace ni puñetero caso y te dice le paso y se se corta la llamada.
Otros super han puesto un servicio para personas mayores o con discapacidad. El corte Ingles, del qué tengo la tarjeta desde hace 50 años, no tiene esa consideración. La culpa no es nunca de los repartidores, bastante tiene ellos con dar la cara y exponerse, la culpa es del APARATO que no ha estado a la altura de la circunstancias.
Mi amiga pretendía pasar una guerra con un litro de leche, El Corte Ingles no te deja ni eso.
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