LA NAVIDAD ES PURO ADORNO |
La Navidad es una fecha de celebración del consumo. Si volviéramos a los niveles de consumo de los años 50 - 60, el país de hundiría. En esos años se compraba para "lo del día", pero "lo del día y medido". No había casi neveras y lo que se compraba se consumía en el día. Se tiraba de puchero y poco más. Pero llegaban las Navidades y se sacaba de donde no había para poner una mesa 'en condiciones'. Se iba a comprar el pavo en romería familiar. Los pavos estaban en las puertas de las pollerias y había que palparlo para que no fuera un pavo flaco. Tenía que cundir para mucha familia. La noche del 24 se cenaba en ´'el comedor', pieza principal de la casa que solo se usaba en los grandes acontecimientos. El resto del año estaba cerrado y solo se enseñaba a las visitas. Tenía su mesa y las sillas y una vitrina con una fina cristalería y una vajilla muy aparente, la cubertería estaba guardada y había que limpiarla el día de la fiesta. Era una sociedad de apariencias, el que tenía para aparentar. El resto del año se comía en la cocina con platos desportillados, cuando llego el 'duralex' los platos 'de diario' eran de duralex.
llegaron los años del consumo, casi sin darnos cuenta. En las casas había neveras y se compraba para toda la semana, el hambre no arañaba los estómagos de la gente y se pasó a los langostinos, congelados, y las mesas de Navidad tomaron otro color. Previamente por la TVE, única televisión, nos habían bombardeado con anuncios de productos de todo tipo. Había que consumir. Y, nos pusimos a ello con ganas. Los regalos de Reyes se adelantaron a la noche del 24. "El Niño Jesús" era la escusa, la cuestión era consumir. Luego venía la noche de Fin de Año, otra vez a consumir. Aquí ya no era religiosa la tradición era pagana. La fiestas multitudinarias eran lo normal, los jóvenes se iban y no se sabía cuando volvían. La cuestión era consumir.
Hace unos días el canal Trece TV, de los obispos, programó la película mas demoledora sobre la falsa caridad de los cristianos en Navidad. Placido, de Luis García Berlanga. En esa época, años 50 y 60, el 'régimen' puso el eslogan de "siente un pobre a su mesa". Por lo menos que un día coman, era la segunda lectura. Hoy en día se tira la comida y hay gente que pasa hambre, es la paradoja de la sociedad capitalista-consumista. Tiramos los yogures caducados que nos venden por docenas con el señuelo que es más barato y tiras los caducados.
Estamos inmersos en una sociedad que dilapida los recursos y mientras tanto a quince kilómetros de nuestra frontera sur no tienen lo que aquí tiramos, y luego nos extrañamos que se quieran venir. Previamente hemos esquilmado caladeros de países con hambrunas, hemos robado sus materias primas y sostenemos regímenes que obligan a la esclavitud a sus ciudadanos para que nos vendan sus productos a precios competitivos. Un caso flagrante es Libia, se derrocó a un tirano y ahora mantenemos, primero lo armamos hasta los dientes, a miles de tiranos que actúan como lo que son 'unos criminales tiranos'.
En la primera guerra mundial en una Navidad se paró la guerra y los unos y los otros compartieron sus viandas. AL DÍA SIGUIENTE SE SIGUIERON MATANDO.
No me gusta la Navidad. Es una fiesta falsa con fecha falsa y todo falso. No me gustan las falsedades.
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