domingo, 29 de abril de 2018

SOBRE LA SENTENCIA DE LA MANADA

LOS MAGISTRADOS DEL CASO DE LA MANADA SE HAN GANADO EL OPROBIO DEL PUEBLO.


Desde el primer momento de conocerse la sentencia un clamor popular manifestó su indignación. Al mismo tiempo las asociaciones de jueces, excepto la de Jueces para la Democracia, justificaron la sentencia.

Así es que tenemos dos claras tendencias: la popular y la corporativista. Pocas profesiones hay en todo el panorama laboral que sea más corporativista que la de los jueces. No olvidemos que tienen "la potestas" y la "autoritas". Siendo la potestas, el poder socialmente reconocido. y, la autoritas, el saber socialmente reconocido.

La judicatura española siente que pierde pie social y siente bien. En el comunicado en el que las asociaciones judiciales -exceptuada Jueces para la Democracia- hicieron público su malestar, quisieron dejar claro que el Estado de Derecho se sustenta en la confianza que los ciudadanos tienen en sus instituciones pero, rígidos y en pleno ataque, no se preguntan por qué se ha quebrado tal confianza ni por qué sus conciudadanas están haciendo cosas que no hacían hace unas décadas sino que, por el contrario, prefieren simplemente afearles la conducta sin reparar en que, a lo mejor, existen nuevas causas y nuevos modos y nuevas formas que apunta el siglo que de ser definidas les ayudarían no sólo a entender sino a remediar. Y no son sólo los jueces, aunque me centre en ellos. Muchos otros juristas, abogados incluidos, se han mostrado en las redes sociales en primer tiempo de convulsión afeando y hasta negando el derecho de cualquier lego a pronunciarse sobre la justicia o injusticia de una decisión judicial. Todos a una olvidando que si la Justicia que imparten o que solicitan es ajena al pueblo al que sirve de ordenamiento ya no merece el nombre de tal.

Cuando una sentencia no se entiende, se pide aclaración de sentencia. Esto ya indica que sus señorías no hablan para el pueblo, como diría doña María. Pero la sentencia afecta al pueblo. Y es el pueblo, de dónde emanan todos los poderes, menos el de nombrar a un Monarca. Aparte de este detalle, todo se tiene que hacer para el pueblo. Y esto se olvida con demasiada frecuencia.

Esta sentencia tiene toda la pinta de "que sean otros con superior criterio los que decidan". Esto no es demasiado serio. Como diría el poeta "hay que mojarse, mojarse hasta mancharse". Y, el magistrado González  con su voto particular se ha mojado, mejor diría se ha "pringado". Este magistrado, según el periodista Inda, ha sido sancionado en dos ocasiones por el Consejo general del Poder Judicial, después de los respectivos expedientes por la comisión de faltas "muy graves". Pero sigue poniendo sentencias. Como Miguel Moreiras Caballero. Sancionado en tres ocasiones con la expulsión de la Audiencia nacional, y destierro durante un año de Madrid. 

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