LA FOTO ANTES DE ABANDONAR EL BARCO |
EL PARTIDO POPULAR SE HUNDE EN SU CONVENCIÓN DE SEVILLA.
Lo tenía muy crudo, ir a una convención con dos "vías de agua del tamaño de Puigdemont y el falso máster de Cristina Cifuentes" es mucha avería para taparlas con unos aplausos de sus militantes.
El Partido Popular no ha conseguido meter ni un solo mensaje de su Convención Nacional en la agenda del fin de semana, copado por informaciones que ponen cada vez más contra las cuerdas a Cristina Cifuentes. Decenas de militantes de todos los rincones de España que se concentraban en Sevilla para poner al partido a punto de cara a la cita electoral de 2019 cerraban la jornada angustiados. "Hacemos cosas y no somos capaces de transmitirlas, que cale a la gente", se quejaban amargamente.
"Ni una sola portada. Nada. No vendemos nada".
A nadie le gustó la actitud que tomó Cifuentes de "protagonizar la apertura" y el alargado aplauso que le brindó el público -donde no había más de doscientas personas- cuando tomó la palabra el sábado por la tarde en una mesa redonda.
Ha sido una mueca constante, querían poner buena cara pero la procesión iba por dentro. Y Sevilla es buen sitio de procesiones.
El caso Puigdemont, ha descompuesto al PP. Se pensaban que la Merkel les iba a mandar a Puchi envuelto en celofán y con un lacito azul. La cosa no ha terminado y se puede poner aún peor. Solo falta que el recurso del juez Llanera se lo tumbe la justicia europea y la pregunta siguiente es ¿"y ahora qué se hace con los encarcelados en España"?
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