CRISTINA CIFUENTES EN LA PARODIA DE POLONIA. |
El espectáculo montado por Cristina Cifuentes sobre la veracidad de su máster, después de sabido todo lo referente a las falsificaciones y fechas, me ha recordado a los "numeritos" que montaba la famosa Ambar, antes Tamara, con la corte de Paco Porras, Loli Alvarez, Leonardo Dantes, Toni Genil y algunos más que se sumaban al espectáculo. Estos no engañaban a nadie hacían lo que sabían y así se ganaban la vida.
El numerazo de cristina Cifuentes no hace ninguna gracia y, si a esto le sumamos toda la cadena de mentiras a lo largo de su vida política resulta vergonzoso que semejante persona presida la Comunidad de Madrid.
En su etapa de delegada del Gobierno en Madrid se le atragantaron las manifestaciones. Reprimió con excesiva dureza la de Rodea el Congreso. Todavía están vivos los juicios por brutalidad policial. Ella afirmó que "no había denuncias", lo decía con el mismo cinismo como cuando afirma que su máster se lo curró.
Quiso recortar ese derecho, el de manifestarse, y Jueces para la Democracia le avisó de que se estaba situando “fuera de la Constitución”.
Prohibió la exhibición de
símbolos republicanos en la calle durante los fastos de la coronación de Felipe
VI, hecho por el que el Tribunal de los Derechos Humanos de Estrasburgo admitió
a trámite una querella de la Coordinadora 25s contra ella.
”, dijo a la
revista Fuera de Serie en
2012, en una entrevista en la que comunica que ese mismo año en el que hace el
doctorado, concluye un máster en Derecho Público. El pasado jueves, en
su web del partido, no aparece ninguna de las dos cosas: el doctorado no lo
terminó y el máster que Cifuentes dice haber hecho no lo incluye en su biografía.
Solo cuenta: “Me licencié en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y
realicé después el máster en Administración Pública y Dirección de Sí está
en su biografía de la Comunidad.
Son los pasos
tambaleantes de una caída que en Génova datan en 2017, cuando el 2 de mayo
Cristina Cifuentes dijo que “el tiempo de los corruptos ha acabado” y se erigió
en la encargada de la limpieza de un partido y un tiempo al que ella pertenece
desde 1979, como se encargó de decir Rajoy a su círculo íntimo con enfado
visible. “[Rajoy] pone precio a la cabeza de Cifuentes”, escribió entonces
Rubén Amón en EL PAÍS. Desapareció entonces del club de los elegidos.
Ha quedado como maestra de la mentira y el cinismo.
CIFUENTES SE HA QUEDADO PARA PARODIA DE POLONIA |
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