NUNCA CREI EN LOS JUECES, HOY NADA DE NADA. TOMAN PARTIDO POLITICO

 

  

 

Políticos, periodistas y jueces juegan con fuego

En la actualidad conocemos muchos casos contra políticos condenados a la “pena de telediario”, con jueces apoyando sus investigaciones en meras conjeturas

El juez Hurtado convierte el caso de la filtración del novio de Ayuso en un sainete judicial

Es de bombero torero pedir que se conserven las imágenes de una cámara inexistente

En la actualidad conocemos muchos casos contra políticos condenados a la “pena de telediario”, con jueces apoyando sus investigaciones en meras conjeturas, pero suficientes para que los voceros de siempre hagan como hicieron en 1898, sustentar sus crónicas con medias verdades. Ejemplos como las querellas contra Ada Colau y las investigaciones sobre Mónica Oltra y Alberto Rodríguez ilustran cómo se ha utilizado la Justicia para perseguir otros objetivos. Estamos ante una politización interesada del sistema judicial y la pérdida, en consecuencia, de una imparcialidad más que necesaria.

Un fiscal que fue importante miembro del PP consigue la libertad para un preso por fraudes varios a cambio de soltar basura contra el Gobienno de Sánchez, no aporta ni una prueba, pero queda en libertad y la prensa ya da como condenados en firme a los denunciados porel golfo. Han pasado los días y las acusaciones se caen y no hay pruebas presentadas, la prensa sigue su curso de acusaciones, el PP pide la cabeza de Sánchez. Misión cumplida.

Ahora, el Tribunal Supremo ha admitido a trámite querellas contra el Fiscal General del Estado, Álvaro García Ortiz, y la Fiscal Jefa Provincial de Madrid por presunta revelación de secretos, mientras su denunciante, un presunto delincuente, se ríe de todos los españoles. Luego ha llegado el señor Aldama que, desde la cárcel, sin pruebas, ha puesto el ventilador y la mierda salpica a los socialistas precisamente en las fechas previas a la celebración de su congreso en Sevilla. Por supuesto con la anuencia de intrépidos periodistas, deseosos de llenar de adjetivos sus intervenciones.

Recuerdo ahora a la jueza Mercedes Alaya, con Zoido como instigador, cuyas causas judiciales contra políticos socialistas han sido finalmente desestimadas. Ella creó el término “preimputado” para señalar a la prensa presuntos culpables que no tenían cómo defenderse. Además, en algunos casos, mantuvo hasta dos años a una persona imputada sin llamarla a declarar.

Los jueces se han posicionado como un partido politico, lo tienen prohibido. ¿Quien se lo va reprochar o sancionar?