domingo, 24 de noviembre de 2024

MAZÓN OCULTO, SIGUE SIN DECIR QUE HIZO EN VARIAS HORAS


NO HAN FALLADO LOS OTROS HAS FALLADO TU MAZÓN, SIN PALIATIVOS

 El presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, insiste en que fue la falta de información lo que hizo que Emergencias, que depende del Gobierno valenciano, no enviara antes la alerta masiva a los móviles alertando de la dana. Esta sonó a las 20.11 del martes 29 de octubre, cuando el agua ya había arrasado decenas de municipios. La Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) centra las críticas del jefe del Ejecutivo valenciano porque durante dos horas y media no remitió ningún mail en el que advirtiera de la crecida del barranco del Poyo, que acabó desbordándose. Mazón omite la información que sí se envió sobre el río Magro, que también se desbordó, y la presa de Forata, sobre la que también estuvo informado. En ambos casos existió un peligro sobre el que tampoco se alertó. La portavoz del Consell, Susana Camarero, ha asegurado que todos los miembros del Gobierno valenciano mantuvieron sus agendas porque nada les alertó de que debían modificarlas: “Hasta última hora de la tarde no tenemos la información de qué está pasando”, ha llegado a decir Camarero. Durante toda la semana, la portavoz se ha dedicado a señalar al Gobierno de Pedro Sánchez. Ha sido el tiempo, esos siete días, el que ha tardado Mazón en hacer cinco nombramientos para el gobierno de la reconstrucción. Ni siquiera ha reunido al Consell. Los que vienen a continuación son algunos de los hitos de aquel día que hacían presagiar una desgracia. Mazón no vio ninguna de esas señales:

Los avisos de la Aemet. Desde días antes, la Agencia Estatal de Meteorología había advertido de la llegada de una dana. Durante todo 2023 la provincia de Valencia recibió únicamente un aviso rojo. En 2024, hasta ese día, no se había decretado ni uno, con lo que la excepcionalidad de la situación ya era una señal. A las 7.30 de la mañana del 29 de octubre, se entró en ese estadio que quiere decir “riesgo meteorológico extremo (fenómenos meteorológicos no habituales, de intensidad excepcional y con un nivel de riesgo para la población muy alto)”.

Cierre del Puerto de Valencia. Antes del aviso rojo de la Aemet, a las 6.59 de la mañana, el Puerto de Valencia ya había interrumpido el tránsito de buques. “Es una medida excepcional que se adopta dos o tres veces al año, cuando hay fuertes temporales”, indican fuentes de la Autoridad Portuaria.

Mensajes en redes. Carlos Mazón es un ferviente usuario y seguidor de las redes sociales. En X (antes Twitter) sigue a los perfiles de Emergencias de la Generalitat y de la Aemet en la Comunidad Valenciana; con lo que, dada su consulta frecuente, es fácil que supiera que antes de las 08.00 habían caído 150 l/m² en Castelló (de la Ribera) y la Pobla Llarga.

El Puerto de Sagunto. Al igual que en Valencia, Sagunto cerró el tráfico a partir de las 09.00.

Cortes de carreteras. A las 12.55, el Centro de Gestión de los Servicios de Soporte a la Movilidad, un organismo de la Generalitat que vigila las carreteras, informó a la Consejería de Transportes del cierre de 17 vías y desprendimientos e incidencias, a causa de la lluvia, en otras 16. Los cortes fueron en aumento a partir de ese momento.

Metro Valencia. Poco después de las 07.30, la lluvia empezó a hacer mella en las líneas 1 y 2. Minutos después, el agua obligó a interrumpir la circulación entre L’Alcúdia y Castelló. A las 17.00, se interrumpió entre Picassent y Castelló. 26 minutos después, la estación de Torrent Av. quedó fuera de servicio y los trenes dejaron de circular entre València Sud y Torrent. Las suspensiones se fueron extendiendo a lo largo de la tarde. Mientras, el consejero responsable tanto del metro como de las carreteras, Vicente Martínez Mus, siguió con su agenda, realizó una visita al instituto cartográfico y, por la tarde, se fue a una entrega de premios.

Afecciones en Cercanías y alta velocidad. A las 7.51 empezaron las incidencias en las líneas de ferrocarril. A las 18.18 se interrumpió, de manera preventiva, la circulación en la línea de alta velocidad Madrid-Valencia. Todavía quedaban dos horas para que sonara la alerta en los móviles.

Agendas interrumpidas. No toda la Administración autonómica mantuvo sus agendas. La dirección general de Medio Natural y Animal y la de Prevención de Incendios mantuvieron a sus trabajadores a buen recaudo. Los empleados de Vaersa no salieron al campo para realizar las labores de vigilancia preventiva por orden de su jefa, la directora general de Prevención de Incendios Forestales, Rosa Touris, la persona que después eligió Mazón para dar la cara tras las reuniones de los Cecopi, el órgano de coordinación de Emergencias. Los agentes medioambientales tampoco abandonaron las oficinas, siguiendo una nota interna emitida la misma mañana del 29. Incluso la ahora exconsejera de Industria Nuria Montes suspendió un acto con la patronal previsto a las 17.00.

El Ayuntamiento de Valencia sí reunió a su órgano de Emergencias. Con la misma información con la que contaba la Generalitat, o menos, el Ayuntamiento de Valencia constituyó su Centro de Coordinación Operativa Municipal (Cecopal) a las 11.00, es decir, seis horas antes de que lo hiciera la Generalitat.

Suspensión de la actividad en la universidad. La Universitat de València ya había suspendido las clases el día 28. Tras el aviso rojo, suspendió todas las actividades. Para adoptar esta decisión, reunió a su Comité de Emergencias, mucho antes de que lo hiciera la propia Generalitat. La Politécnica adoptó la misma decisión posteriormente. Carlos Mazón no solo no aprobó una medida similar. Sabía que las universidades lo habían hecho y, ante empresarios y sindicatos, despreció su prudencia.

Suspensión de clases en colegios e institutos. El día anterior a la dana, no menos de 13 municipios decidieron suspender las clases en sus municipios ante la amenaza de fuertes lluvias. También la embajada de Japón en Madrid se dirigió, el día 28, a residentes y a turistas japoneses para alertarles sobre la situación en la Comunidad Valenciana.

La intervención de la UME. Fue en un momento a lo largo de ese almuerzo que mantuvo el president durante al menos tres horas con una periodista en un restaurante de Valencia cuando la Generalitat pidió la intervención de la UME para la comarca de Requena y Utiel. “En la Plana de Utiel-Requena los acumulados están siendo absolutamente excepcionales, son los registros más altos en, al menos, los últimos 40 años”, tuiteó la Aemet minutos antes.

Los vídeos de calles inundadas y barrancos saturados. Durante la mañana, tanto la Aemet como Emergencias pidieron precaución y mostraron videos de poblaciones como Catadau, Requena y Utiel, o del mismo barranco del Poyo, a su paso por Quart de Poblet, que reflejaban la torrencialidad de las lluvias, el volumen de agua caída y la excepcionalidad de la situación.

Los tornados. A las 15.15 comenzaron a registrarse, además, tornados. Según Inforatge, fueron hasta ocho los que afectaron a Catadau, Carlet, Benifaió y Alginet. Las imágenes corrieron también por las redes.

El monográfico de À Punt. La televisión pública valenciana no atendió a las agendas normalizadas de los consejeros y recorrió pueblos, ríos y barrancos para dar una información pormenorizada de lo que estaba ocurriendo. Desde las 10.00, el programa matinal fue un monográfico, no de las lluvias, sino de las inundaciones que ya empezaban a registrarse. Lo mismo ocurrió con el informativo que empezó a ofrecer unas imágenes espeluznantes de la fuerza del agua.

La visita a Carlet. La ahora exconsejera responsable de Emergencias, Salomé Pradas, acudió el día de la dana a Carlet, alertada por la alcaldesa de la población, Laura Sáez, de la crecida del río Magro. Visitó también el barranco de Benimodo. Comprobó in situ la crecida de las aguas y conoció allí mismo la desaparición de una persona, un camionero en L’Alcudia que días después apareció muerto. Convocó el Cecopi pero tampoco fue suficiente esta señal.

Las decisiones y la llamada del presidente de la Diputación de Valencia. Vicente Mompó (PP) mandó a los trabajadores de la Diputación a casa a las 14.00. A las 17.00 se incorporó al Cecopi. Entre el desconcierto y los nervios, el propio Mompó llamó a Mazón para decirle que había que “tomar medidas”. Fue, posiblemente, una de las llamadas que atendió el jefe del Ejecutivo valenciano durante la comida con la periodista Maribel Vilaplana. En ese tiempo, según Vilaplana, el president no dio muestras de urgencia ni preocupación.

La llamada al alcalde de Cullera. A las 18.28, Carlos Mazón hizo una llamada al alcalde de Cullera, el socialista Jordi Mayor. Esta le sirve para argumentar que, aunque de comida, estaba conectado con los afectados pese a que ningún otro alcalde, tampoco los de su partido, recuerdan que les llamara. “Qué tal, Jordi, que estamos aquí y ha salido tu nombre y he dicho, pues voy a llamar a Jordi. Nada, este es mi número personal. Me llamas para lo que necesites”, recuerda el alcalde que le dijo mientras él le explicaba cómo estaba la situación en el pueblo, pendientes del caudal del Júcar. Mayor, según ha dicho, solo le hablaba de la dana. Pero Mazón no le hizo ninguna advertencia ni mostró interés por la preocupación del alcalde.

La reunión entre Emergencias y los Ayuntamientos. Emergencias envió a las 18.32 un email a varios Ayuntamientos afectados por un posible desbordamiento del Júcar. Se les convocaba a una reunión telemática a las 18.45 para, presumiblemente, alertarles de lo que podía ocurrir. Muchos de ellos no lo vieron hasta pasada la convocatoria puesto que estaban coordinando labores de rescate en sus propios municipios. Quienes se conectaron no encontraron a nadie de la Generalitat al otro lado.

Las comunicaciones de Aemet y la CHJ. Según el Ministerio de Transición Ecológica, se produjeron 198 comunicaciones al servicio de Emergencias de la Generalitat. A las 12.00, la Confederación avisó de que el barranco del Poyo había superado el umbral 3 (150 m³/s). Tres correos posteriores indicaron que ese caudal iba decayendo. A las 17.25, el sensor del barranco detectó, de nuevo, un caudal superior al que se considera umbral 3, pero no se envió el correo electrónico de aviso. Sí lo hicieron a las 18.43, cuando describen una situación ya desbordada, con un caudal que es de 1.686 metros por segundo. La Generalitat aún tardó hora y media en enviar la alerta.

La mirada puesta en Forata. La atención de los técnicos de los CHJ se mantuvo durante buena parte de la tarde del día 29 en la presa de Forata. A las 17.30, el Centro de Emergencias de la Generalitat emitió una alerta hidrológica nada tranquilizadora sobre el aumento del caudal del río Magro (afluente del Júcar): “Que podrá alcanzar los 1.000 metros cúbicos por segundo aguas abajo del embalse de Forata […] Este caudal implica que se pueden producir desbordamientos generalizado en las áreas próximas al río en el litoral sur de Valencia”. Emergencias era consciente de la situación de la presa “y se mantenía contacto fluido con la Confederación Hidrográfica del Júcar analizando la evolución de la presa y previendo los escenarios que podían ocasionarse”, según una comunicación de la propia Generalitat. Fue a esa hora, aproximadamente, cuando Mazón abandonó el restaurante en el que estaba, según aseguró el dueño del establecimiento. Todavía tardaría hora y media en llegar al Cecopi y más de dos en mandar la alerta. En algún momento del día, el presidente de la Generalitat sí tuvo tiempo para cambiarse de ropa antes de llegar al Centro de Coordinación de Emergencias.

Las llamadas desde el Miteco. A las 19.48, el director de gabinete de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, envía un mensaje al director de gabinete de Mazón en el que le dice que Ribera necesita hablar urgentemente con Mazón y no lo consigue. No se confirma la recepción del WhatsApp. A las 19.51, el director de gabinete de Ribera llama por teléfono al director de gabinete de Mazón. El teléfono se encuentra fuera de servicio o cobertura. Los intentos se repitieron a las 20.04 y a las 20.06.

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