LA JUSTICIA A LA ESPAÑOLA ES DE CASTA.
No han aprendido o nadie enseña a estos jueces a ser imparciales. Parece una tontería, pero creo que es la esencia de la función judicial.
Lo primero que tiene que hacer un juez es ser consciente de que, como ciudadano, no puede ser imparcial y, a partir de ahí, empezar a buscar soluciones. Pero en España los jueces dicen: “Yo soy 100% imparcial”.
Tu ves cómo piensa la sociedad española y la Justicia no es un reflejo. Está compuesta por personas que están casi casi exclusivamente en un lado de una posición conservadora o a veces ultra conservadora. La sociedad es mucho más progresista de lo que es la judicatura y a esa discrepancia, si le sumas el hecho de la dificultad de quitarse el sesgo político, hace que muchas decisiones que toman nuestros jueces a diario estén imponiendo una moral, no ya unas leyes, que no es la mayoritaria.
Casualmente en el mundo de la Justicia, que es donde más apego debería haber a la ley, es muy frecuente que los preparadores cobren en negro. Es sorprendente. Hablamos de jueces y fiscales en activo que están incurriendo en ilegalidades. Muchas veces se cobra en negro y es turbio porque quien sea tu preparador influye mucho.
Y tenemos un problema, que es confundir la independencia judicial con la posibilidad de crítica. Hay un caso muy interesante que llegó a Estrasburgo de unos activistas condenados por criticar a una jueza. Los jueces de Estrasburgo dijeron que es imprescindible que se pueda criticar a los jueces. Demuestra que nuestros jueces no están en la onda mundial y europea. Tienen una conciencia de casta que no tienen otros jueces. Un juez está sometido a la crítica de la ciudadanía.
¿A qué responde el término 'lawfare'?
Hay distintos casos y tipos de 'lawfare' y cada uno tiene una solución diferente. Hay casos, como los de Mónica Oltra o Ada Colau, en los que se instrumentalizan los tribunales para intentar acallar a alguien o sus políticas.
En el caso de Salvador Alba y Victoria Rosell alguien hizo una grabación, pero si no lo grabas... Y luego hay casos que son realmente políticos,Está compuesta por personas que están casi casi exclusivamente en un lado de una posición conservadora o a veces ultra conservadora.
Hay distintos casos y tipos de 'lawfare' y cada uno tiene una solución diferente. Hay casos, como los de Mónica Oltra o Ada Colau, en los que se instrumentalizan los tribunales para intentar acallar a alguien o sus políticas. En ese caso la solución tendría que ver con cambiar las normas procesales. En otros casos, como el de Victoria Rosell, funciona el Código Penal, pero no tenemos pruebas casi nunca. En el caso de Salvador Alba y Victoria Rosell alguien hizo una grabación, pero si no lo grabas... Y luego hay casos que son realmente políticos, jueces que están actuando políticamente, como cuando Manuel García Castellón dice: “Pues ahora voy a inventarme que Puigdemont es terrorista y que se hunda el Gobierno de izquierdas”.
Esto ultimo del juez Manuel García Castellón es de Juzgado de Guardia, pero ahí sigue, tan terne.
En España hemos tenido una situación rozando lo trágico. Jueces vestidos de jueces, con sus togas, protestando en la puerta del juzgado contra una ley como la de amnistía. Ahí tenemos un precedente español pésimo: jueces a los que no les importa vestirse de jueces para hablar de política en la calle. Yo, personalmente, a un juez que, con su toga, opina de política lo sancionaría o lo expulsaría de la carrera, sinceramente.
LA JUSTICIA EN ESPAÑA ES EL SERVICIO PEOR VALORADO. POR ALGO SERÁ.
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