martes, 7 de mayo de 2019

LA HISTERIA EGÓLATRA DE ALBERT RIVERA

ALBERT RIVERA ES UN BOCAZAS MIMADO POR EL IBEX 35
Ególatra es un adjetivo que califica a una persona o una actitud que muestra culto, veneración o adoración exagerada a sí misma.


Albert Rivera esta pasado de ególatra, se lo ha creído. Una encuestas inventadas ad hoc le hicieron creer  que estaba destinado a ser el nuevo líder de la derecha española. El se lo creyó rotundamente. Porque lo mismo que habla muy deprisa piensa muy despacio.

Desde el día que se publicó la sentencia de la Gürtel, Rivera sentenció, "se ha terminado la legislatura". Rivera no dice, sentencia. Rivera firmó el acuerdo de legislatura con M. Rajoy. Cuando era ya de sobra conocido la implicación del PP en la corrupción. Los papeles de Barcenas se habían paseado por todas la paginas de los periódicos y televisiones. No podía alegar ignorancia. 

Al poco tiempo, los importantes del PP, tipo Maillo y su tupé, se empezaron a cachondear abiertamente de los firmado con Rivera. "Son cosas que se firman", decían a los periodistas cuando les alegaban los incumplimientos del PP. con Rivera. 

Unas encuestas fantasmas le daban a Rivera como virtual ganador de las elecciones. Él se lo creyó como si fuera "Palabra de Dios". ¿Para qué vamos a votar si las encuestas me dan triunfador? Pensaba Rivera en sus noches de sueños ególatras. "Ya he ganado en Cataluña, y mira que es territorio hostil, en España va a ser un paseo militar". Y en esas estaba, cuando Pedro Sánchez plantea la Moción de Censura a M. Rajoy. Les cogió a todos con el paso cambiado, se quedaron con cara de idiotas y se miraban entre ellos con una pregunta "¡Qué hace este tío!

El "tío" Sánchez estaba haciendo la maniobra que ha enterrado a Pablo Casado y ha dejado a Rivera clamando por ser el lider de la oposición. Pasamos la precampaña, luego la campaña y los debates. En el último debate de TV Rivera escenificó su histérica manera de interrumpir a los demás para no dejar hablar. Eso se conoce como "el bocazas que no tiene nada que decir". Y así quedó, como el mal educado niñato que no respeta a nadie y perdió el debate, además de chamarilero ambulante y sus estúpidos regalitos de los chinos. Contamos los votos, qué es lo que cuenta y Rivera había crecido, pero no lo suficiente como pasar a Casado. Pese a la evidencia se pone como un niño enrabietado a pedir "yo soy el lider de la oposición".  "Lo digo yo, que me he puesto las gafas de ver españoles, como José Antonio Primo de Rivera y canto el himno de Marta Sánchez."



En esas estábamos cuando Pablo Casado le manda un recado "abstente en la investidura de Pedro". Casado le considera a Rivera como el machaca y le da instrucciones de lo que tiene que hacer. Rivera monta en soberbia, de la que va sobrado y contesta que "el no recibe ordenes de nadie y menos de Casado". Se cabrea mucho y les dice a sus amigos del IBEX 35, sus mentores junto con la CEOE, "mira lo que me ha dicho el Casado". ¡Hacer algo coño, que me marginan!

El 26M volveremos a votar y de aquí saldrán los alcaldes y presidentes de las Comunidades Autónomas. Rivera está muy eufórico, le puede pasar de todo. Ya veremos si no se le bajas esos humos de líder de hojalata 

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