martes, 28 de mayo de 2019

ELECCIONES DEL 26-M. AHORA EL INTERCAMBIO DE CROMOS

LAS ELECCIONES NO SE GANAN, SE PIERDEN.

Los resultados de las elecciones del pasado 26-M ha dejado un mapa lleno de incertidumbre. ¿Quién pactará con quién?. El PP se ha vuelto a pegar otra hostia de considerables proporciones. Se agarra a que puede gobernar Madrid, ya estaba en la Comunidad desde hace 24 años. El Ayuntamiento lo puede recuperar con el apoyo de VOX. En estos momentos hay conversaciones entre Ciudadanos y el PSOE que podrían cambiar lo dado como seguro. Hay que esperar y ver resultados.

Ha habido perdedores clamorosos; uno es Pablo Iglesias, que él sólito ha dinamitado su formación. No es nada nuevo en los partidos de izquierda. No hay que remontarse muy atrás para ver como los partidos se partían en facciones personalistas. Es una paradoja, pero en formaciones de izquierda se da con mucha frecuencia. Le ha acompañado en el fracaso el inefable Alberto Garzón, que no encuentra el sitio ni la postura, es el eterno desubicado que no hace más que daño.

Otro que se ha quedado con las ganas es Albert Rivera, iba para el nuevo líder de la derecha y sigue de peón de mano de quién se lo pida, a cambio de algo sustancioso, naturalmente. Rivera para ser algo tendrá que tragar con VOX o tragar con el PSOE. Nada queda fuera de lo posible.

En Madrid se ha perdido la ocasión de dar un serio revolcón al PP. Estuvo en el aire hasta que aparecieron las papeletas del barrio de Chamberi, reducto del PP. El Ayuntamiento se podía dar por perdido desde el momento que los de Podemos pusieron en marcha su maquinaria infernal de perder votos a toda costa. La aparición de distintas facciones de los podemitas tirando para su ego personal fue la sentencia de muerte de Manuela Carmena. No miréis para otro lado, habéis sido los propios compañeros de Manuela Carmena los que habéis dado el Ayuntamiento de Madrid al PP.

Lo de la Comunidad ya tiene otra explicación. Entre Gabilondo y la descerebrada de Isabel Diaz Ayuso, apadrinada por Esperanza Aguirre, con sus majaderías continuas, solo cabe en personas muy huecas de ideología que sólo ven por las siglas del partido. Madrid, Comunidad tiene una parroquia muy variopinta. Va desde los jóvenes bien situados económicamente que escuchan la bajada de impuestos a cambio de perdida de calidad de servicios. A poblaciones dormitorios de trabajadores en precario. 

En unos días sabremos en qué quedan los pactos.

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