FELIPE GONZALEZ EN LA EPOCA DE LOS GAL
YA EN 1977 EN UN MITIN DEL PSOE LES VI EL PELO. UNOS JOVENES TENÍAN UNA BANDERA REPUBLICANA Y SE LA ARRANCARON VIOLENTAMENTE. MI ACOMPAÑANTE Y YO NOS PUSIMOS A PROTESTAR Y UN MIEMBRO DE SEGURIDAD NOS LLAMÓ AL ORDEN. LE MANDE A T...P...C.... NUNCA LOS HE VOTADO. EN EL AÑO 1984 LO COMPROBÉ SU VERDADERA MALDAD. NO SON DE FIAR.
Los del PSOE nunca me han ofrecido confianza. Llegaron al Gobierno por la debacle de Suarez y la UCD. En la dictadura nunca supe de su lucha. El unico que hizo oposición a Franco fue el PC.
En el poder utilizaron a los GAL:
Se rompe la 'omertá' y comienzan a
revelarse las implicaciones políticas
Las pruebas y los testimonios de altos cargos públicos, policías y
mercenarios involucrados en los 27 asesinatos y otros atentados cometidos por
ese grupo parapolicial entre 1983 y 1987 en Iparralde, las provincias francesas
de Euskal Herria, volvían a ocupar desde fines de 1993 páginas y páginas en
diarios, revistas y programas de televisión nacionales e internacionales.
La razón: que Garzón decidió reabrir la causa para evitar la prescripción
de algunos de los casos investigados, y al hecho de que en diciembre de 1994 se
encontraron en Alicante bajo un manto de cal viva los restos de los presuntos
etarras José Ignacio Zabala y José Antonio Lasa.
Los dos jóvenes vascos habían sido secuestrados once años antes, el 16 de
octubre de 1983 en Bayona por guardias civiles de paisano sin conocimiento de
las autoridades francesas. Pasaron la frontera con España con ellos en los
maleteros de los vehículos; los llevaron al cuartel de la Guardia Civil en
Intxaurrondo, y luego al Palacio de la Cumbre.
Los GAL habían comenzado su andadura poco tiempo después de iniciarse el
primer Gobierno de Felipe González. Tenían como precedentes cercanos los
atentados del Batallón Vasco Español (BVE), la Alianza Apostólica Anticomunista
(AAA), Antiterrorismo ETA (ATE), o Acción Nacional Española (ANE), grupos
parapoliciales que actuaron tras la muerte de Franco, durante los gobiernos de
Arias Navarro, Adolfo Suárez y Calvo Sotelo, y que causaron más de 60 víctimas
mortales.
Quien se puede fiar de semejantes asesinos.
Con Lasa y Zabala el primer gobierno socialista tras el retorno de la
democracia se estrenaba en terrorismo de Estado.
Lasa y Zabala estuvieron en total tres meses secuestrados y torturados
antes de ser asesinados.
En el encuentro con Pilar Zabala, Amedo, que aseguró no haber torturado
nunca a nadie, le dijo a la hermana del joven asesinado: "Cuando vi esas
barbaridades que le hicieron me pregunté cómo se podían hacer esas cosas,
arrancar uñas, dientes, machacándolos, luego llevarlos en un coche, hacerles
excavar una fosa, y darles unos tiros en la cabeza para luego enterrarlos en
cal viva". Todo esto con Felipe Gonzalez de presidente.
El auto judicial de Baltasar Garzón era demoledor, los millonarios fondos
reservados del Ministerio del Interior destinados a la lucha antiterrorista no
solo habían servido para pagar confidentes y actividades de Inteligencia de
policías y guardias civiles sino también para pagar a sicarios, a mercenarios
españoles, argelinos, portugueses y franceses, para que atentaran y asesinaran
a etarras. O supuestos etarras, porque varias de las víctimas ni siquiera eran
militantes de ETA.
La plana mayor de Interior en el banquillo
Entre los principales procesados por el caso GAL estuvo la plana mayor del Ministerio del Interior del Gobierno de
Felipe González, con Barrionuevo y Vera a la cabeza, ambos condenados por el
secuestro de Segundo Marey, la primera acción firmada por los GAL en diciembre
de 1983.
También fueron procesados Julián San Cristóbal, entonces gobernador civil
de Biskaia; Julen Elgorriaga, gobernador civil de Gipuzkoa; el jefe superior de
la policía de Bilbao, Miguel Panchuelo; el general Enrique Rodríguez Galindo,
jefe de la 513ª Comandancia de la Guardia Civil, con sede en Intxaurrondo,
Ángel Vaquero Hernández, teniente coronel también de la Guardia Civil, y el
secretario general del Partido Socialista de Euskadi (PSE) Ricardo García
Damborenea.
Damborenea terminó declarando ante el juez que mantuvo reuniones con Felipe
González en las que este conocía y aprobaba la estrategia de Interior para
perseguir a los etarras en suelo francés a través de los GAL.
Según el testimonio de Damborenea, en esa estrategia estaban implicados los
ministros de Defensa, Narcís Serra, y del Interior, José Barrionuevo -al que
luego sucedería José Corcuera-, Rafael Vera, Txiki Benegas, secretario general
del PSE, y a los secretarios provinciales del PSOE en Euskadi, él mismo, por
Biskaia, Enrique Casas, por Gipuzkoa y Ángel Gavilán.
Narcís Serra, ministro de Defensa y vicepresidente de Felipe González, era
quien controlaba entonces el CESID, varios de cuyos agentes conformaban
el GAL marrón y en cuya sede central
en la A-6 se asegura que se elaboró en julio de 1983 su 'acta fundacional'.
Uno de los documentos del CESID incautados, fechado el 6 de julio de ese
año y titulado Acciones en Francia, decía: "En cualquier circunstancia se
considera que la forma de acción más aconsejable es la desaparición por
secuestro".
Pero no, Felipe González no sabía nada de lo que hacía toda su cúpula de
Interior, ni los jefes de la Policía y Guardia Civil en el País Vasco, ni el
Cesid, ni los gobernadores civiles provinciales ni los secretarios generales de
su partido. Nada, lo engañaron todos. A Felipe González le salieron más ranas
que a Esperanza Aguirre.
De estos y sus cachorros no he fiado nunca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario