lunes, 3 de enero de 2022

JUAN PABLO II EL PAPA QUE NO MERECE SER SANTO

 

UNA DE LAS MUCHAS VERGÜENZAS DE LA IGLESIA DE ROMA ES LA PROTECCIÓN DE JUAN PABLO II AL PEDERASTA MEXICANO MARCIEL MARCEL.

 Juan Pablo II el Papa que más protegió la pederastia en la Iglesia.

No olvidemos que en su pontificado, el mayor pederasta de la Iglesia, el mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, investigado entre 1956 y 1959, era amigo de varios Papas pero, sobre todo, de Juan Pablo II que lo presentó en México, en 1979, como “un guía eficaz de la juventud y que iba camino de los altares”.

El cardenal Joao Braz de Aviz, prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada, reconoce ahora que el Vaticano tenía, desde 1943, documentos sobre la pederastia de Marcial Maciel.

A pesar de ello, Juan Pablo II le recibía con mucho cariño y deferencia. Famosas fotografías del Papa con Marcial Marciel abrazándole y bendiciéndole en el Vaticano, el 30 de noviembre de 2004.

Fue Benedicto XVI quien le forzó, en 2006, a retirarse a México el resto de su vida cuando una comisión de investigación ya había desvelado, sin ningún género de dudas, sus actividades delictivas y una vida de crápula, obligándole a renunciar a todo Ministerio público (misas, confesión y demás actividades sacerdotales). En atención a su avanzada edad, no fue sometido a un proceso canónico.

Una semana antes de que un Tribunal de la Santa Sede notificara la reapertura de la investigación contra el fundador de los Legionarios por abusos sexuales y pederastia, éste celebraba sus 60 años de sacerdote en el propio Vaticano en un acto presidido por el Papa Juan Pablo II y el cardenal Sedano, Secretario de Estado.

No entenderé jamás como Karol Wojtyla pudo ser elevado a los altares como san Juan Pablo II, cuando no solo conoció todos los delitos sexuales del criminal Marcial Maciel, sino que le amparó, protegió y distinguió públicamente como un ejemplo para la juventud.

En el proceso que le siguió se descubrió que había abusado, nada menos, que de ...¡¡¡111!!! menores, ¡¡¡ciento once!!!

“Muchos de los que habían sufrido abusos por parte de él, solían ser premiados con cargos”, declaró José Antonio Pérez Olvera, abogado mexicano, uno de los primeros legionarios en denunciar abiertamente a Maciel en 1997.

El muy canalla argumentaba que padecía una extraña enfermedad que los niños podían ayudar a aliviar. Necesitaba muestras de su semen y alguien que le ayudara a extraerla masturbándole.

¿Cómo pudo Juan Pablo II admirar a este individuo que le convenció de que el primer país a visitar como Papa fuera ... México? López Portillo, el Presidente, se resistía a recibirle. Maciel, que era confesor de la madre y hermanas del Presidente, habló con ellas y éstas le convencieron para que invitara al Papa. Wojtyla nunca olvidó aquel fino trabajo y durante tres décadas no dejó de recompensar la lealtad de Maciel, haciendo oídos sordos a las primeras denuncias de abusos sexuales en febrero de 1997.

Tendría que morir Juan Pablo II, en abril de 2005, para que ya nada ni nadie salvaran a este protegido del impresentable Papa, de la pública condena.

Por todo esto, ¿se merecía Karol Wojtyla que lo elevaran a los altares como santo? Mejor ni siquiera recordarle.

Karol Wojtyla, Juan Pablo II, fue elegido después que fuera asesinado Juan Pablo I. Wojtila era una agente de la CIA. Su mandato nos recuerda los más siniestros de otra épocas.

¿Un protector de un acreditado pederasta puede ser santo? Para la iglesia de Roma sí. Por eso es imposible creer en  nada de lo que dicen.


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