"Ese tribunal condenó a las víctimas a la desesperanza": diez años del juicio a Garzón por investigar el franquismo
- "Aprovecharon para cerrar la posibilidad de que se pudieran investigar los crímenes del franquismo por vía penal", recuerda una década después el ahora abogado
- "Estas familias ni siquiera han tenido la conciencia de víctimas", declaró durante el juicio el presidente de la ARMH, Emilio Silva, quien hoy recuerda cómo el proceso supuso un varapalo terrible para aquellos que habían roto su silencio
- Que quede bien claro Franco murió el 20 de niviembre de 1975, pero el franquismo estaba enquistado y sigue enquistado en en la cupula de la justicia española.
- Ninguna victima del franquismo ha recibido reparación.
- "Los hechos objeto de denuncia nunca han sido investigados penalmente por la justicia española, por lo que hasta el día de la fecha, la impunidad ha sido la regla", resaltaba Garzón en su extenso auto, en el que autorizaba, entre otras cosas, más de una docena de exhumaciones y planteaba la puesta en marcha de un grupo especial dentro de la Policía Judicial.
- La decisión del magistrado, obviamente, no tardó en ser rechazada por la derecha política y los medios conservadores, que la tildaron de "disparate". "Abrir heridas del pasado no conduce a nada", se encargó de señalar el entonces presidente del PP, Mariano Rajoy. Pronto hubo movimientos a nivel judicial. Siete meses después de aquella resolución, el seudosindicato ultra Manos Limpias consigue que el Supremo admita su querella por la supuesta prevaricación de Garzón. Miguel Bernard, a quien posteriormente la Fundación Franco nombra caballero de honor por "sus servicios en defensa de los ideales del Movimiento" –estos fueron sus servicios–, logra el premio gordo.
"Parte de lo que se buscaba era construir una suerte de ley del silencio dentro del poder judicial. Era un aviso a todos los jueces de lo que podía pasar si seguían el mismo camino. De hecho, recuerdo cómo una jueza que iba a abrir una fosa por iniciativa propia por aquel entonces se echó un poco hacia atrás tras la querella contra Garzón", reflexiona el presidente de la ARMH. El magistrado fue absuelto. Pero aquella sentencia iba mucho más allá, en tanto que pegaba un sonoro portazo en las narices a las víctimas de la represión. "Sirvió para colocar un grillete en la puerta que todavía no se ha conseguido quitar", opina Silva.
La resolución judicial dejaba claro que no había margen para investigar los crímenes del franquismo. Y no lo había por dos motivos fundamentales. Primero, por la Ley de Amnistía. Y segundo, porque el crimen de lesa humanidad –incorporado al Código Penal en 2003– no podría aplicarse retroactivamente a estos hechos y, por tanto, los mismos estarían ya prescritos. "La garantía derivada del principio de legalidad y la interdicción de la retroactividad de las normas sancionadoras no favorables prohíben sin excepciones la aplicación retroactiva de la norma penal a hechos anteriores a su vigencia. Esta exigencia del principio de legalidad es aplicable al derecho penal internacional, convencional y consuetudinario", señaló el fallo.
Garzón se muestra tajante cuando señala que el Supremo aprovechó su caso para "cerrar la posibilidad de que se pudieran investigar" los crímenes del franquismo por la vía penal. Y, una década después, es duro, muy duro, con aquellos magistrados. "Este tribunal, antes o después, quedará para la historia como el que dejó desamparadas a las víctimas y las condenaron por siempre a la desesperanza", resalta el ahora abogado, que está convencido de que su absolución fue fruto de la "fuerte" presión nacional e internacional.
¿Dónde esta la democracia plena?
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