AZNAR RETA A MIRARLE A LA CARA . ¡JODER QUE ACOJONO! |
Un día puso los pies en la mesa de Busch y se dijo "a mi no me tose nadie". Se metió, nos metió en una guerra ilegal y absurda que pagamos con 198 muertos y más de 2.000 heridos y pretendió, con burdas mentiras apoyadas por Pedro J Ramirez, Inda y Federico J. Losantos, que la responsabilidad recayeras en otros. Muy propio de los cobardes. Ahora ha vuelto a la arena política con planteamientos chulescos y retadores, lo curiosos es que se enfrenta a sus hijos, VOX son su hijos.
Este Josemari Aznar exhibe la torpe gracia del matonismo ridículo propio de
los wésterns. Dijo el jueves en Valencia: “A mí, mirándome a la cara, nadie me
habla de una derechita cobarde, porque a mí no me aguanta la mirada”. Lo dice en Valencia cuna de la corrupción generalizada. Hoy el que fuera vicealcalde con Rita Barvera, Alfonso Grau se sienta en el banquillo.
Empieza el juicio por blanqueo y cohecho al ex vicealcalde de València Alfonso Grau
Aznar siempre fue brutalmente valiente: Digamos valiente, primero, contra el franquismo. Todavía en plena
Transición ensalzaba al dictador. Perifrásticamente, claro, pues ya no se
atrevía a hacerlo directamente. Lo formulaba al compás de que la Villa de
Gernika había retirado “todos los honores concedidos al anterior jefe del
Estado”.
Lo cual encontraba fatal porque “aunque moleste a muchos, gobernó durante
cuarenta años” (La Nueva
Rioja, 9-5-1979). Se ve que a él no le
molestaba para nada. Y que haber prolongado su autocracia cuatro décadas debía
ser timbre de gloria.
Valiente también con la corrupción, sobre la que asentó sus reales durante
bastante tiempo. Dijo en Valencia que llamaba a votar a su pupilo “desde mi
autoridad moral”.
Es de aurora boreal. El individuo que presidió un Gobierno de cuyos 14
ministros 12 fueron procesados, imputados o condenados. El patrón de Eduardo
Zaplana, el íntimo de Jaume Matas, el hermano de sangre de Miguel Blesa, el
protector de la Alí Babá valenciana, el anfitrión de la Gürtel en pleno en la
fiestita de la boda de la niña, dice de sí mismo que tiene ¡autoridad moral!
Será bajo los rigurosos criterios de Ana Botella, la vendedora de pisos
sociales a fondos cuervo, que adivinen a quién tienen mensualmente
subvencionado.
La tercera valentía de Aznar es nunca haber confesado claramente que militó
contra la Constitución, y acusar ahora a los socialistas de haber “dejado de
ser constitucionalmente fiables”.
Pero Josemari, ay, justificó la “abstención beligerante” (así, en
abstracto) contra la Constitución (en el mismo diario, un 23 de febrero de
1979). Y calificó su diseño territorial de “charlotada intolerable que ofende
al buen sentido” (ídem, 30 de mayo). Al lado de este beligerante, Manuel Fraga
era trotskista.
Josemari se enchuló y ya no se baja del burro, siempre fue un chuleta macarra de barrio y cuando se sentó con Busch se dijo :A ver quien tiene bolitas de meterse conmigo. Le hizo perder las elecciones a M. Rajoy en favor de Rodriguez Zapatero y se le agrió el carácter. Es un amargado permanente.
Vamos, dímelo si tienes huevos/cojones/pelotas/bolas. Salimos a la calle y me lo dices así, a la cara. A ver quién se va antes con el rabo entre las piernas. Porque yo, de derecha cobarde, nada. Y derechita, menos, que suena a mariquita, y eso no te lo consiento. Para macho, yo. Yo y mis chicos. Esos muchachotes que ahora andan poniendo en vereda a las mujeres. Porque, ya se sabe, si no las atas corto, acaban creyéndose las dueñas de sus cuerpos. Y si se creen que son libres, se nos desmonta todo. ¡A ver cómo se aguanta el sistema sin las mujeres cuidando gratis a todos los inútiles! Entendiendo por inútiles a los no productivos, claro, dicho con todo el respeto del mundo, que los de derechas somos muy respetuosos. Pero hay que tenerlo claro. No hay presupuesto para atender como Dios manda a viejos, niños y tullidos. Esto del neoliberalismo no da para tanto. ¡A ver si ahora vamos a cambiar el mundo! Nada, de sus úteros hablamos nosotros, los hombres, acabáramos. Ellas, a parir y a cuidar. La maternidad les toca, pero sin decidir. Son eso, receptáculos. Las mujeres de la derecha lo tienen claro. ¿Las has oído hablar del tema? La mayoría, chitón. Quien calla otorga. Porque será eso, ¿no? Y, si no, que lo digan a la cara. Que hablen...
Reflexión de una mujer en la cara de Aznar. ¡El hombre!
Vamos, dímelo si tienes huevos/cojones/pelotas/bolas. Salimos a la calle y me lo dices así, a la cara. A ver quién se va antes con el rabo entre las piernas. Porque yo, de derecha cobarde, nada. Y derechita, menos, que suena a mariquita, y eso no te lo consiento. Para macho, yo. Yo y mis chicos. Esos muchachotes que ahora andan poniendo en vereda a las mujeres. Porque, ya se sabe, si no las atas corto, acaban creyéndose las dueñas de sus cuerpos. Y si se creen que son libres, se nos desmonta todo. ¡A ver cómo se aguanta el sistema sin las mujeres cuidando gratis a todos los inútiles! Entendiendo por inútiles a los no productivos, claro, dicho con todo el respeto del mundo, que los de derechas somos muy respetuosos. Pero hay que tenerlo claro. No hay presupuesto para atender como Dios manda a viejos, niños y tullidos. Esto del neoliberalismo no da para tanto. ¡A ver si ahora vamos a cambiar el mundo! Nada, de sus úteros hablamos nosotros, los hombres, acabáramos. Ellas, a parir y a cuidar. La maternidad les toca, pero sin decidir. Son eso, receptáculos. Las mujeres de la derecha lo tienen claro. ¿Las has oído hablar del tema? La mayoría, chitón. Quien calla otorga. Porque será eso, ¿no? Y, si no, que lo digan a la cara. Que hablen...
Reflexión de una mujer en la cara de Aznar. ¡El hombre!
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