Homicidio policial en Cartagena: cuatro años por la muerte de un toxicómano que pidió ayuda a los agentes.
El thriller policial de Cala Cortina ha escrito su final en los juzgados. La historia (real) de Diego Pérez, un hombre con esquizofrenia que llamó a la comisaría de Cartagena la madrugada del 11 de marzo de 2014 para pedir ayuda porque unos vecinos lo querían matar, se subió a un coche patrulla y desapareció hasta que su cuerpo apareció flotando en el mar con varias vértebras rotas 15 días después, es oficialmente un caso cerrado. Se finiquitó este viernes en la sección quinta de la Audiencia Provincial de Murcia con una condena pírrica y sin juicio.
La Fiscalía que pedía 20 años por homicidio y detención ilegal para cada uno de los cinco agentes de policía nacional acusados –un sexto falleció por enfermedad en prisión– ha pactado con las defensas que cada uno de los agentes cumpla cuatro años de cárcel. Las indemnizaciones a los familiares las acordará el juez en una vistilla que tendrá lugar la próxima semana.
Los condenados José Carlos Mateo Luján, José Antonio Costas Guerrero, José Luis Solano Albadalejo, Raúl Aguado Rodríguez y Rubén Forné Solano serán inhabilitados para trabajar como policías durante dos años.
El sumario del caso pegaría como guión de una película de miedo: micrófonos ocultos introducidos en los coches zeta por la unidad de Asuntos Internos de la Policía que revelan conversaciones sobre otras palizas de las mismas patrullas a detenidos, la autopsia del fallecido con varias vértebras rotas, signos de violencia en región facial y craneal, pérdida del ojo derecho.. . y la declaración de un testigo protegido, C83, han servido para desmontar la coartada de los seis agentes investigados. Lo mataron a palos.
El voluminoso sumario con todos sus detalles escabrosos llevaron al ministerio público a acusar a los cinco agentes de un doble delito de homicidio y detención ilegal. La Fiscalía pidió 20 años de prisión para cada uno de los agentes pero el caso no ha llegado a juicio. La sentencia pactada este viernes por las acusaciones y las defensas implicará cuatro años de cárcel para cada policía, por los delitos de detención ilegal y homicidio por imprudencia profesional.
El acuerdo de conformidad evita meterse en cómo murió Diego Pérez.. Da miedo saberlo.
Resumiendo: unos asesinos con la protección de un uniforme de policia, con sus armas reglamentarias, en coches oficiales de la Policía propinan una paliza salvaje a un pobre hombre que había pedido ayuda a la Policía y este aparece muerto. Esto se conoce por unas grabaciones de las conversaciones entre coches policiales.
No se que da más, si asco o miedo. Una Policía tan corrupta y con esos instintos asesinos no tiene sitio en un estado democrático y de Derecho. Y ahora viene los peor: la Fiscalia se baja los pantalones ante la Policía y pacta una rebaja de pena que da asco. Y luego piden por los "mamporros de Alsasua" 30 años de prisión. Una vergüenza
Las indemnizaciones las pagaremos todos los contribuyentes. Para más INRI.
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