El 14 de marzo de 1937 en pleno auge del nazismo en Alemania, el Papa Pio XI publicó una Enciclica sobre la Iglesia en el Reich Aleman. Recordemos, el nazismo atropellaba todos los derechos al tiempo que imponía "un nuevo orden", a su manera y para sus fines.
Pio XI empezó su Enciclica con las palabras "Mit Brennder Sorge", que se pueden interpretar por "con ardiente inquietud" o por "con gran cuidado y cautela". Da lo mismo para el tema que voy a tratar "el proceso de separatismo catalán".
Empecemos por lo inmediato: aplicación del principio "Prodi". El presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, dejó muy claro que "si una parte de un Estado Miembro se separa de este Estado, automáticamente está parte del Estado dejaba de ser miembro de la Unión Europea". Esto conlleva la perdida de créditos del Banco Central Europeo, los bancos resididos en Cataluña tendían que emigrar a España para recibir euros de crédito. Saldrían del Euro, y sus productos pagarían aranceles al comerciarse en países de la UE. Además de otras consecuencias. Sería la ruina de Cataluña.
España perdería el 20% de su PIB, que no es poca cosa. Pero Cataluña quedaría en bancarrota.
Hoy 6 de septiembre se ha vivido en el Parlament de Cataluña una situación muy preocupante para la futura democracia catalana. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell, que fue puesta por Artur Mas para que fuera su "amanuense", se ha puesto en plan señorita Rottenmeier y se ha saltado a la torera el Consell de Garanties, los letrados del Parlament y el propio Estatut para que se cambiara todo y se debatiera "deprisa y corriendo" la ley que posibilita la convocatoria del referendun del 1-O. Todo con malas artes y con el solo apoyo de la CUP y los de J X Sí.
Si no fuera porque hablan en catalán podríamos decir que era en la Venezuela de Maduro.
Ha sido bochornoso ver como se retorcía el Reglamento y la propia Ley del Estatut para hacer el capricho de Puigdemont a la sombra de Mas.
Si esto es lo que les espera a los catalanes independientes, que se lo piensen lo que van a votar, si van el próximo 1-O.
Ahora y, pensando en el 1-O, podríamos decir sobre el "bochorno" del Parlament, "no hay mal que por bien no venga". Ya veremos.
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