Rajoy afirma que le gustaría pasar a la historia "como un hombre honesto". Lo tiene difícil.
La honestidad esta reñida con gobernar por decreto en contra de la Constitución.
La honestidad del padre de los recortes en sanidad, con resultado de muertes, es difícil de entender. Lo mismo que en educación, y además mandar a sus policías a "pegar" a los que protestaban para que no lo volvieran a hacer.
La honestidad de un mentiroso que promete no rebajar el poder adquisitivo de las pensiones y lo rebaja es de muy poco calibre. Más bien todo lo contrario.
La honestidad de quien maneja a jueces y fiscales a su antojo, es de dudosa calidad.
Rajoy es un cínico compulsivo. Dice que reza todas las noches y luego quita las ayudas a los "dependientes", enfermos.
La honestidad se demuestra actuando honestamente, pero no dirigiendo la TVE para mentir y ocultar. Televisión que la pagamos todos los ciudadanos.
Rajo es cualquier cosa menos una persona honesta.
Acaso ya se ha olvidado de la corrupción de su partido y sus AMORES con Barcenas y el mensaje de "Luis, se fuerte, hacemos lo que podemos". Este mensaje le tenía que haber costado el puesto, si hubiera sido una persona honesta, pero no lo es.
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