Ya tengo los trescientos. Desde junio del 16 hasta aquí he sumado trecientos artículos de desahogo y opinión. Sin ninguna pretensión, únicamente decir lo que me parecía sobre algo que estaba ocurriendo.
Estos trecientos no guardan ninguna similitud con los que pedía Gil Robles (CEDA) Confederación Española de Derechas Autónomas, en las elecciones de febrero del 36. Pusieron un gran cartel en la puerta del sol con la foto de Gil Robles y el lema "A POR LOS TRESCIENTOS", eran los diputados que quería tener para su programa político. No ganó la CEDA ganó el FRENTE POPULAR y Gil Robles en el cartel parecía estar llorando, había llovido y se corrió la tinta del cartel. La frase dicha se quedó como de Gil Robles.
En estos trescientos míos se empezó por un viaje y se ha derivado a situaciones cotidianas. Desgraciadamente han sido más de critica que de aplauso. Pero el País está así. Son demasiados los casos de corrupción como para no merecer un comentario. Son demasiadas actuaciones miserables, principalmente de políticos, como para ignorarlas. En este tiempo no hemos tenido ocasión de aburrirnos. Desde los dineros ocultos de Juan Carlos a los dineros ocultos de Cristiano Ronaldo, todo por dinero. Pasando por la Justicia, y esto si que es muy serio, cuando un País no cree en la Justicia es que el País está enfermo y grave.
Nos desayunamos con qué el Banco de España dice qué "demos por perdidos los 60.000 millones de euros invertidos en el rescate bancario," y no se nos atraganta el café; y dicen "qué ellos no han tenido arte ni parte en lo ocurrido". La culpa habrá sido "de un señor de marrón que pasaba por allí", que diría Gila .Estos del Banco de España son únicos para darse postín y ponerse sueldo siderales, pero a la hora de asumir responsabilidades, miran para otro lado.
Hemos cumplido cuarenta años desde que votamos libremente después de cuarenta años de dictadura, Rajoy sigue diciendo "régimen autoritario". No, señor Rajoy, fue una dictadura criminal y cruel que murió matando y siguió torturando y asesinando muchos años después.
Nos damos por satisfechos porque no nos hemos liado a tiros durante estos cuarenta años, bueno, si lo vemos así, buenos son.
A por otros cuarenta sin sacarnos los ojos.
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