jueves, 29 de junio de 2017

CON EL PASO CAMBIADO

Se ha celebrado el 40 aniversario de la Democracia en forma de elecciones y ya se ha liado la bronca. No fue invitado Don Juan Carlos, rey emérito. Unos dicen que fue él propio Juan Carlos cuando en su abdicación dejo dicho que no quería coincidir con su hijo Felipe VI para no quitarle protagonismo. Pero por otra parte ya están haciendo ruido los que dicen que tenía que haber estado. Lo cierto es que somos una "chapuza" que no sabemos lo que tenemos que hacer hasta que se arma la bronca.
Aprovechan la ocasión los "babeantes" para poner todo el protagonismo de la recuperación democrática en la persona de Don Juan Carlos. Don Juan Carlos fue un actor muy importante pero el "protagonista" fue el pueblo español que venía luchando y sufriendo para que se le devolvieran los derechos y libertades que la dictadura franquista le había robado. Nada nos fue regalado.
Fue la lucha obrera, estudiantil y de todo tipo la que hizo "inexorable" la recuperación de la democracia. Y no fue fácil. En Vitoria en marzo del 76, con Juan Carlos con poderes absolutos, la policía de la Compañía de Reserva de Miranda de Ebro  y de la  guarnición de Vitoria, asesinó a cinco trabajadores y hubo cientos de heridos. "NADIE FUE ENCAUSADO". En ese momento era responsable del ministerio de la Gobernación Rodolfo Martín Villa. 
Cuando se habla de la transición parece que fue un paseo bucólico y fácil. Nada de eso. Hubo muchas fuerzas contrarias a la "democracia". Eran franquistas arrecimos y dictadores en sus parcelas. No podían consentir que "su" obra se les desmoronara. No fue fácil y se pago con sangre y dolor.
Lo más inquietante, aparte de lo "chapuzas" que somos, es que algunos se piensan que seguimos en el año 76 y no se han enterado que a la población joven lo de la monarquía se la "bufa" que diría  Pablo Iglesias, a) el coleta. La discusión es de "hablar por hablar y no callar".
El problema que le importa a la gente joven y no tan joven es el "paro" y la precariedad en su trabajo. Seguimos con metodología "analógica" en una sociedad "digital". Estamos en el siglo XXI y lo de hace cuarenta años para los jóvenes es "prehistoria".
Por la calle la gente va con un teléfono móvil inteligente conectada a Internet  y le siguen hablado como en la época del teléfono en la "tienda" de la esquina. Estos "anclados" en el pasado no se enteran. Se parecen a María Antonieta, que le dijeron "el pueblo tiene hambre", ella contestó "¿que es eso?. No tiene pan, la dijeron, "pues que coman ensaimadas", dijo la austriaca. La cortaron la cabeza.
A principio de los 90 un joven me dijo "no comprendo como habéis podido vivir sin libertad". No sabía de donde veníamos, y siguen sin saberlo, que es  lo más grave.

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