EL COMISIONISTA DEL AYUNTAMIENTO DE MADRID LUIS MEDINA ABASCAL DISFRUTA DE LOS TOROS
EL AYUNTAMIENTO DE MADRID ESTAFADO, LOS MADRILEÑOS, PAGAMOS MÁS DE LO VALEN Y ENCIMA DE MALA CALIDAD.
SOLO LES HA FALTADO DECIR A LOS COMISIONISTAS LUIS MEDINA Y ALBERTO LUCEÑO AL ALCALDE ALMEIDA: "CONSTE QUE NO PAGA USTED MÁS QUE EL PORTE". COMO DECÍA MIGUEL LIGERO EN LA PELICULA MORENA CLARA.
Los bancos y no el Ayuntamiento de Madrid dieron la voz de alarma sobre el escándalo de las mascarillas
Las entidades bancarias empleadas por los comisionistas Luis Medina y Alberto Luceño fueron quienes alertaron sobre la supuesta operación ilícita y no el Ayuntamiento de Madrid, a pesar de las irregularidades detectadas por la Corporación
En la peor etapa de la pandemia, los empresarios Luis Medina Abascal y Alberto Luceño Cerón estafaron, según la Fiscalía Anticorrupción, al Ayuntamiento de Madrid con la venta de material sanitario defectuoso por 10,8 millones de euros. Los empresarios habrían inflado los precios "con ánimo de obtener un exagerado e injustificado beneficio económico". De hecho, se habrían llevado seis millones de euros en comisiones con los que compraron artículos de lujo, como un yate o coches de alta gama. El Ministerio Público ha presentado una querella ante los juzgados de instrucción contra ambos propietarios.
El Ayuntamiento firmó tres contratos con la Empresa de Servicios Funerarios y Cementerios de Madrid para la compra del material sanitario. Esta fue la compañía que comerció con la firma de Luceño, con EEE. Anticorrupción señala que a las mascarillas se les infló el precio mientras que los guantes de nitrilo y los test rápidos eran defectuosos, tal y como demostró el propio Consistorio.
Un familiar de Almeida medió en la operación
La operación empezó cuando Luis Medina Abascal, hijo de Naty Abascal y del fallecido duque de Feria, se acercó al Consistorio madrileño. Gracias a tener una estrecha relación con un familiar del alcalde, José Luis Martínez-Almeida, consiguió un contacto, el de la coordinadora General de Presupuestos y Recursos Humanos. Esta persona facilitó la operación en la que su amigo Alberto Luceño aseguró ser agente de la empresa malaya EEE, ser experto en importación de productos procedentes de Asia y tener fábricas en China.
¿Recuerdan los primeros compases de la pandemia? ¿Verdad que recuerdan la angustia con la que lo vivíamos todo? La incertidumbre, el miedo, las hospitalizaciones, las muertes sin despedida, la tragedia de las residencias, ¿se acuerdan de todo, no? Pues resulta que mientras todo el país vivía en la congoja, había unos cuantos que hacían negocio, pero no un negocio para ir tirando, no, un negocio que les supuso una comisión de casi seis millones de euros. Son dos empresarios, uno muy conocido de la prensa rosa, Luis Medina, hijo de Nati Abascal y el duque de Feria, y el otro, un amigo suyo llamado Alberto Luceño.
Entraron en contacto con el Ayuntamiento de Madrid, porque el primo del alcalde Martínez Almeida les dio un correo que les abriría las puertas, y le vendieron al consistorio material sanitario defectuoso, guantes, tests rápidos y mascarillas. Se los vendieron por un precio muy superior al que correspondía, porque ellos tenían que cobrarse su comisión. Una comisión que les dio para tanto que ya se la han gastado en un yate, una casa, coches y relojes diversos y caros. Todo sin ningún tipo ni de pudor ni de vergüenza. Todo mientras, como todo el mundo en esos momentos, debían escuchar las noticias de los muertos por la pandemia, del titánico trabajo de los sanitarios, por un sueldo, a menudo, precario. Mientras tanto, ellos se gastaban el dinero que le habían estafado al Ayuntamiento madrileño.
El hecho de que Luis Medina fuera un personaje conocido le permitió entrar en contacto con el Ayuntamiento, de lo que se deduce que el tráfico de influencias funciona en el consistorio. Y claro, una se pregunta si esto es habitual, si los famosos tienen un trato preferente con esta administración. Y luego el papel del familiar del alcalde, el que les dio el correo, ¿trabaja en el Ayuntamiento? ¿Por qué les proporciona a los empresarios información del consistorio?
Por cierto, que Almeida, otra vez, tuvo que salir a dar explicaciones, como pasó con el supuesto espionaje a Isabel Díaz Ayuso. Y, otra vez, sus explicaciones fueron inconsistentes y lamentables.
La Comunidad de Ayuso racanea el salario de los sanitarios o los despide, mientras los amigos y familiares golfos hacen negocio.
Las pesquisas de la Fiscalía sostienen que "en realidad, ni tenía experiencia significativa en negocios de importación ni disponía de fábricas en China, del mismo modo que tampoco era agente exclusivo de ninguna empresa malaya ni actuaba movido por ninguna intención altruista". El alcalde ha reconocido que su familiar "se limita a darle un correo electrónico". Los dos investigados se enfrentan a delitos de estafa agravada; falsedad en documento mercantil; y blanqueo de capitales.
Con estos empresarios y con el hermano de Ayuso se ha comprado a precio de muy bueno lo que era muy malo.
¡Estaran contentos Almeida y Ayuso!
NOTA: FEIJÓO HA AVALADO LA DENUNCIA DE PABLO CASADO SOBRE LA MORDIDA DEL HERMANO DE AYUSO Y AVALA LA DENUNCIA
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