Fondos europeos, Poder Judicial o reforma laboral: todas las maniobras de Casado contra el Gobierno en Bruselas
- Desde que asumió las riendas del PP, en 2018, el líder de la oposición ha intentado deslegitimar al Ejecutivo en las instituciones comunitarias, aunque todos sus vaticinios sobre los riesgos que corría España de quedarse al margen de las ayudas han quedado en nada
- Pablo Casado fue elegido presidente del PP en julio de 2018. Tres meses después viajó por primera vez a Bruselas para arremeter contra el Gobierno de España. Era octubre y Pedro Sánchez era presidente desde junio de ese mismo año. El flamante líder de la derecha española lanzó su primer vaticinio: "Quieren financiar una campaña electoral larga de dos años, como pasó con Zapatero, para poder gastar 6.000 millones de euros más en promesas innecesarias a costa del futuro del déficit, la deuda y el paro de los españoles". Casado pidió ayuda para que Europa dinamitara el proyecto de Presupuestos que el PSOE había pactado con Unidos Podemos. No hizo falta porque las cuentas decayeron por el rechazo de los independentistas catalanes, vía enmienda a la totalidad de ERC.
Aquella fue la primera de una larga lista de veces que el PP ha acudido a las instituciones de la UE a intentar torpedear diferentes proyectos de España: desde los 140.000 millones de euros de los fondos de reconstrucción y la renovación del CGPJ a la lucha contra las fake news o la reforma laboral. La estrategia se detuvo durante un tiempo. 2019 fue un año de elecciones (dos generales, municipales, autonómicas y europeas). Y en el primer trimestre de 2020 estalló la pandemia mundial. Pero en cuanto se levantó el estado de alarma y el confinamiento, el PP retomó su plan. Para ello, no dudó en cuestionar la vigencia del Estado de derecho en España o en acusar al Ejecutivo de engañar a las autoridades comunitarias sobre los muertos en la primera oleada de la pandemia.
Esos 6.000 millones que Casado tachó de "innecesarios" iban a financiar, por ejemplo, la revalorización de las pensiones con el IPC en 2019. Pero la estrategia del PP era evidente desde el principio: levantar las suspicacias de las instituciones europeas contra el recién elegido Gobierno. En septiembre, Casado le dijo al por entonces presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, que España era "un desastre" por "el nuevo presidente socialista". La estrategia se detuvo durante un tiempo. 2019 fue un año de elecciones (dos generales, municipales, autonómicas y europeas). Y en el primer trimestre de 2020 estalló la pandemia mundial. Pero en cuanto se levantó el estado de alarma y el confinamiento, el PP retomó su plan. Para ello, no dudó en cuestionar la vigencia del Estado de derecho en España o en acusar al Ejecutivo de engañar a las autoridades comunitarias sobre los muertos en la primera oleada de la pandemia.En los primeros compases del verano de 2020 se negociaba en Bruselas el importantísimo paquete de fondos europeos destinados a reactivar las economías de los países miembros, destrozada por la pandemia. El PP, de la mano de su portavoz en Europa, Dolores Montserrat, ya avanzaba entonces algunas de las batallas que iba a dar en España, y cómo pensaba utilizar todas las terminales que tiene en las instituciones europeas para hacerlo. Montserrat aseguraba en junio de ese año que los fondos europeos no son "para derogar la reforma laboral".
En los primeros compases del verano de 2020 se negociaba en Bruselas el importantísimo paquete de fondos europeos destinados a reactivar las economías de los países miembros, destrozada por la pandemia. El PP, de la mano de su portavoz en Europa, Dolores Montserrat, ya avanzaba entonces algunas de las batallas que iba a dar en España, y cómo pensaba utilizar todas las terminales que tiene en las instituciones europeas para hacerlo. Montserrat aseguraba en junio de ese año que los fondos europeos no son "para derogar la reforma laboral".
La ofensiva del PP no cayó en saco roto. Las negociaciones para definir los fondos europeos avanzaban y desde su puesto de presidente del PP europeo, el belga Manfred Weber recogía el argumentario del partido en España al decir que su grupo no estaba "dispuesto a que se financien las falsas promesas de Podemos" a cuenta del dinero de la UE. Todavía faltaban meses para que la Comisión analizara, y aceptara, las propuestas de reforma remitidas por el Gobierno de España, entre las que figuraban expresamente la formulación de un nuevo marco laboral o la adaptación de las pensiones. Así que Pablo Casado organizó una reunión con los embajadores en España de los otros 26 países de la UE para mostrar su desconfianza en el Ejecutivo de Pedro Sánchez para gestionar loa 140.000 millones del fondo de recuperación.
La pelea por la "independencia judicial"
Casado abrió otro frente al Gobierno en Bruselas. En noviembre de 2018 el PP y el PSOE pactaron la renovación del Consejo General del Poder Judicial. El portavoz del PP en el Senado, Ignacio Cosidó, envió un mensaje a sus senadores donde les informaba de que el elegido para presidir el órgano de gobierno de los jueces sería Manuel Marchena, quien controlaría "desde atrás" la Sala Segunda del Tribunal Supremo. La reacción del PP fue la de torpedear su propio acuerdo e iniciar una ofensiva a favor de la "independencia judicial", mientras bloqueó el nombramiento de los vocales del CGPJ, además del Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional o el Tribunal de Cuentas.
En octubre de 2020 el Gobierno de coalición amagó con modificar la fórmula de los nombramientos en el CGPJ y eliminar la opción del bloqueo perpetrado por la derecha y que acumulaba ya dos años. La reacción comunitaria fue la de criticar la reforma para advertir a España de que se debe "reducir la influencia del Poder Ejecutivo o Legislativo en el Judicial".
Lo que pocos esperaban es que este bloqueo, y la recolocación de Casado a favor de una reforma de la ley para que los jueces elijan al CGPJ que ningún gobierno del PP había abordado previamente pese a tener mayorías holgadas para hacerlo, fuera usado para intentar boicotear los 140.000 millones de fondos europeos destinados a España. Casado llegó incluso a acusar a España de estar al nivel de los países del eje de Visegrado (Hungría, Polonia, Eslovaquia y la República Checa), que han recibido múltiples toques de atención desde las instituciones europeas por su desprecio a los principios democráticos, a la separación de poderes y al espíritu fundacional de integración europea.
El eurodiputado del PP Esteban González Pons resumió la ofensiva de su partido en un tuit en el que ponía en duda que España fuera a recibir los fondos de la UE. Otro que tal baila.
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