Marisa se nos ha ido al Cielo. Ya se estarán relamiendo con sus guisos.
Tuve la suerte de conocerla en el año 2012, he ido más años a Ezcaray y siempre con la ilusión, nunca defraudada, de disfrutar de su cocina. Al llegar a Ezcaray la primera visita era a la terraza del Echaurren, con un tinto crianza y unas croquetas, esas croquetas que nos transportaban al séptimo cielo. Solía aparecer a esa hora y lo primero era saludar a sus amigos, todos eramos sus amigos. Mi saludo era :Marisa, encantado de volverla a ver y, señalando las croquetas añadía "solo por esto merece la pena el viaje". Marisa lo agradecía con una sonrisa y daba las gracias.
He disfrutado de la comida del Echaurren, con Francis Paniego al frente, varios años, ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Conocí la cercanía de Marisa, su amabilidad, su bondad y su simpatía. Fue un honor haberla conocido.
Hoy se nos ha subido al Cielo y seguro que ya les está deleitando con su saber culinario.
Ha creado una familia de personas, que además de profesionales, son excelentes personas, es para estar satisfecha.
A su marido, a sus hijos, a su familia y al pueblo de Ezcaray nuestro más sentido pésame.
Nuestros mejores recuerdos.
Luis y Montse.
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