Si se cuestionan los títulos nobiliarios concedidos por el dictador Franco, empecemos por el principio. Franco nombra a su sucesor "a titulo de Rey al hijo del sucesor a la corona de Alfonso XIII". La monarquía había sido declarada ilegal por las cortes Constituyentes de la II Republica. Franco usurpa el poder después de una guerra civil y basándose en el "derecho de conquista" proclama un "estado dictatorial" donde él tiene todos los poderes. Una dictadura, para entendernos. Dictadura fascista.
Hay una circunstancia muy poco conocida, que ya la he apuntado en otra ocasión: "en fechas previas al día de la votación, 22 de julio de 1969 para proclamar a Juan Carlos como sucesor, los procuradores en cortes- falangistas y nada monárquicos, hicieron un sondeo previo y había mas contrarios que positivos al nombramiento de Juan Carlos. Tuvo que ir José Solís Ruiz y convencer a los disidentes para que no le dieran ese disgusto a Franco". Contado por un procurador en cortes.
Para don Juan Carlos aceptar el cargo suponía hacer un requiebro sobre los derechos dinásticos de su padre. Don Juan, hijo de Alfonso XIII, era el legítimo aspirante al trono de una instaurada monarquía, pero su relación con Franco se había deteriorado. Don Juan Carlos era diferente. Había sido educado junto a Franco desde niño y siempre le había respondido con lealtad. Una lealtad que tenía con Franco, pero no podía tener con su padre, a quien Alfonso XIII había cedido sus derechos en 1941. Para legitimar el salto dinástico, Franco evitó hablar de restauración. Quería que la designación fuese concebida como la instauración de una nueva monarquía desde la legitimidad de los vencedores de la guerra.
Todo fruto de la guerra civil. Con esos mimbres se hizo el cesto de la monarquía actual.
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