EL TOP MANTA SE HA DESBORDADO |
Subimos al BUS municipal que hace la ruta de Benicarlo a Peñiscola, el BUS va lleno de bultos de los TOP MANTA, tan lleno que el conductor les llama la atención para que se los pongan encima de ellos al no dejar sitio para los pasajeros.
Llegamos a Peñiscola, antes ya se habían bajado todos los manteros con sus bultos. El paseo marítimo está plagado de "mantas" con productos de todas las clases. En algunos sitios ocupan tanto espacio que es difícil el paso.
La Policia Municipal los observa de lejos. La gente pasea y mira. hay un clima de "dejar vivir". La cuestión es que: las mafias los introducen en España, las mismas mafias les dan los productos falsificados para vender, los manteros sobreviven como pueden, pero tienen sus costumbres que no son las nuestras y en algunos casos, pocos todavía, ponen de manifiesto de donde proceden.
La pretensión de integrarlos en economía regulada, como se ha experimentado en Barcelona mediante cooperativas sería un paso importante, pero no olvidemos que los habitantes de las ciudades tienen la necesidad de que calles, plazas y parques estén a disposición de la colectividad y no secuestrados por actividades particulares. De la misma forma que las ciudades tienen que regular la invasión de las aceras por parte de motocicletas, terrazas o bicicletas, es importante que combatan la ocupación sin control por parte de la venta irregular. Sin regulación, el espacio público tiende a degradarse. Es fuente de malestar y allana el terreno a los populismos que asolan la política.
Lo mismo se puede decir de las terrazas que invaden calles y plazas y provocan ruidos muy molestos. Un caso cierto: unos jóvenes se han comprado un piso primero en una calle peatonal. En el bajo hay un bar que ha puesto terraza con mesas y sillas. En el primero tienen que estar todo el día con las ventanas cerradas por el ruido de las conversaciones, las risas y los arrastres de las sillas. Y con su correspondiente licencia municipal.
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