sábado, 22 de abril de 2017

LA CORRUPCIÓN HACE SALTAR POR LOS AIRES AL PARTIDO POPULAR

Los nervios se han apoderado de Genova, (sede del PP) ya no saben por dónde viene la próxima. ¡Qué vendrá!. En el auto de prisión de Gonzalez el juez pone de manifiesto una organización criminal para obtener fondos para el PP y los bolsillos particulares a costa de los dineros públicos . Se menciona a Eduardo Zaplana -"yo estoy en política para forrarme"-. A Zaplana la mención le ha sentado como a los conejos los perdigones. La lista de corrupción es cansina por lo larga, pero  no hay que olvidar que han ido a las elecciones "dopados".
Lo cierto es que el PP tiene los cimientos corroídos por la corrupción. Intenta decir que viene de otros tiempos. ¿De cuales?. Mariano Rajoy lleva toda su vida en el PP. Empezó con Fraga, ha sido de todo, desde secretario general a presidente del partido. ¿Qué pasa?, que todos se hacen un Esperanza Aguirre?. "Yo no me ocupaba de eso". ¡Pero te beneficiabas de la corrupción!. Tampoco se enteraba Ana Mato de los coches que aparecían en su garaje, o los viajes regalados, nadie se fija en esas pequeñeces. 
La detención del que fuera presidente de la Comunidad de Madrid en el mismo mes que la obligación de dimitir al presidente de Murcia ha sido un mazazo para el PP. ¿Pero qué más hace falta para indicarle a Rajoy la puerta de salida?.
Si esto estuviera pasando en una república bananera, diríamos ¿qué barbaridad!. Pero está pasando en España, donde el partido que gobierna tiene 850 imputados, por ahora. 
Aquí se ha prostituido la democracia de tal forma que ya no sabemos ni como es. Se crea, en el Ministerio del Interior, una policía política. La Fiscalia Anticorrupción se opone a registros en casa del Ignacio Gozalez, una magistrada da el aviso a los imputados que están siendo vigilados. ¡Una magistrada traiciona el secreto sumarial!. Un escándalo.
  La novela El Padrino de Mario Puzo es un cuento de niños comparado con la realidad española. Pero la propaganda orquestada se pasa el día comiéndonos el coco con que la economía va como un tiro. Para algunos, puede, pero para los trabajos precarios va rematadamente mal. Y para los pensionistas va muy mal, una ruina.

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