Desde que se restauró la democracia en España todos los partidos se han servido de la Justicia. La UCD de Suarez casi no tuvo tiempo, pero en cuanto llegó el PSOE se puso a manipular en los nombramientos claves y lo puso todo a "su nombre". Desde el Tribunal Constitucional para abajo todo el Poder Judicial se puso "a nombre" del PSOE. Tengamos en cuenta que estuvieron desde el 1982 hasta 1996. En ese tiempo y con buena mano "cocinaron el Poder Judicial". Recordemos la sentencia del Tribunal Constitucional sobre la privatización de Rumasa. Un verdadero escándalo.
Llegó el PP y se afanó con ahínco en "cambiar los muebles de la Justicia a su gusto". No necesitó demasiado tiempo; en España la Justicia es conservadora. Muy conservadora, yo diría que es "anticuaria". Sus raíces arrancan en el caciquismo y era más delito robar una gallina que quebrar un Banco.
Se ha dicho muchas veces que el único Poder del Estado que no pasó la Transición fue el Poder Judicial, y es cierto, no ha pasado por la Transición y se nota.
Tenemos una Justicia lenta, que no es Justicia. No han dotado de medios actualizados para un rápido desarrollo de los procedimientos. Pero lo peor de todo es que el Poder Ejecutivo se creé con derecho de pernada sobre los jueces y fiscales. Ahora viene lo mollar del asunto: la Fiscalia. La Fiscalia depende del Gobierno.Y hemos asistido al escandalazo del fiscal Anticorrupción Moix y sus manejos en el caso Lezo.
Empieza la cosa con el nombramiento para la Fiscalia General del Estado de una persona muy "afín" al PP, José Manuel Maza, que ha dicho, sin un despeine, "que lo que hay que hacer es controlar a la prensa". Y sigue siendo el Fiscal General del Estado. Nombran a un fiscal Anticorrupción del gusto de un presunto delincuente, encarcelado, Ignacio Gonzalez .El fiscal Moix la lía parda con sus manejos nada limpios para apartar a Gonzalez de la mano de los fiscales. La lía tan gorda, que por primera vez se pide la Junta de Fiscales para desautorizar a Moix y apoyar a los fiscales. Moix sale desautorizado pero no dimite. Una vergüenza en toda regla.
Detrás de todo esto está Rafael Catalá, Rafa para sus amigos Ignacio Gonzalez y Zaplana. Ministro de Justicia que está más desacreditado que el propio Rajoy. Catalá miente sin pestañear, no contesta en una sesión del Congreso, está en plan "pasota". Y aguanta carros y carretas. Para eso le pagan. Pero "prietas las filas y maricón el que dimita", como con Franco.
LAS "PUÑETAS" DE LA JUSTICIA |
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