Pasadas las elecciones municipales y autonomicas, Feijóo se vino arriba en banderillas. Lo vio todo ganado y exigió, que petulancia, a Sánchez que convocara elecciones inmediatamente. Sánchez le dijo quieres elecciones pues habra elecciones, y las convocó para el 24 de julio.
Las encuestas, las de los amigos fachas y, las de los que dicen que hacen encuestas pero en realidad las copian, se las inventan y las tergiversan, daban a Feijóo como vencedor indiscutible y con margen para gobernar en solitario. Hace falta tener imaginación calenturienta tipo El Español, El Mundo, El ABC, la Cope y otros amigos descarados del PP para hecer unas "falsas encuestas". Tan falsas que ahora el PP acusa a sus amigos de la Brunete Mediatica de haberle engañado con las encuestas.
Llega la hora de la verdad, el recuento de votos y resulta que los 160 diputados previsto para el PP en las encuestas se quedan en 132. Con estos mimbres se necedita a Vox para empezar el cesto pero no llegan para terminarlo, así que se ponen en plan coqueteo con el PNV y Junts, sí, con Junts, del que el inclito Esteban Gonzalez Pons, el adalid de la corrupción valenciana y desfenestrado a la Unión Europea, recuperado para el PP de Genova XIII, se descuelga con que en Junts habrá tres o cuatro malos, pero los demás son muy serios y muy constitucionalistas, ¡cagate lorito!
Pasan los días y como el naufrago que ve la orilla cada vez más lejos, la cupula de mandamases del PP se cuestionan la capacidad de Feijó para ser Presidente del Gobierno y llaman al bombero de Aznar. Aznar hace de "bombero torero" y más que ayuda pone la manguera de la gasolina y sube la intensidad del incendio.
Este lunes 18 a 8 días de la sesión de investidura sale IDA Ayuso con el texto escrito por MAR y pide que Sánchez convoque elecciones. ¿Otras? No se ha terminado el proceso de las realizadas el 24 de julio y ya está pidiendo otras.
Y es que ya no saben como hacer pasar "este caliz" que se están tragando los del PP por el fracaso de Feijóo. Tan desesperados están que acusan a sus propagandistas de encuestas falsas de haberlos engañado con falsas promesas de victoria. Eso no tiene un pase, el PP y Feijóo daban las encuestas por buenas, tan buenas que le pedían Sánchez que renuciara para que Feijóo fuera paseado en hombros por su victoria en las encuestas sin elecciones ni nada.
Me recuerda las elecciones del 2004. Las encuestas daban a Rajoy mayoría absoluta y ganó Zapatero, nunca el PP lo reconoció. Parece que en España es el PP el que tiene que legitimar los resultados electorales. Eso es puro caciquismo.
Me asomo al balcón y huele a estiércol, no huele a democracia; de poniente a veces me llegan vientos de repetición de elecciones –quizá lo barrunto de ese silencio perruno– pero me temo que otras elecciones serían como antiguamente en los pueblos, hasta que gane el equipo local, a paraguazos con los linieres. Y con la pareja de guardia civil por si fallan los paraguazos.
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