De doce millones de edificios construidos casi 400.000 lo están en zonas inundables.
“En España se ha construido muchísimo cerca de los ríos”, constata Ernest Bladé, profesor de la Escuela de Ingeniería de Caminos de la Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y director del Instituto Flumen. Los conocidos como llanuras de inundación, aquellos terrenos contiguos a los cauces fluviales, suelen ser muy golosos para urbanizar, explica este académico. Son planos, y por lo tanto es más sencillo edificar o instalar infraestructuras de comunicación en ellos. “El problema es que como las riadas han sido históricamente de frecuencia baja, nos olvidamos de ellas y durante años se construyó sin tenerlo demasiado en cuenta”, desgrana.
Se considera “probabilidad media u ocasional”. Pero es cada añoa más habitual. Además, con la emergencia climática esta podría estrecharse. De hecho, la Administración considera técnicamente como zona inundable todo lo que abarca un período de retorno de 500 años. Si se siguiese este último criterio, y con estimaciones del Ministerio que hacen referencia solo a las grandes cuencas fluviales –los ríos que atraviesan comunidades autónomas, como el Tajo, el Ebro o el Guadalquivir–, un total de 2,7 millones de españoles vive en zonas en riesgo de inundación. El 5,7% de la población.
Desde la Costa Brava en Catalunya hasta la del Sol, en Andalucía, el litoral mediterráneo es uno de los frentes considerados de mayor riesgo en el futuro. En él se juntan varias problemáticas. De entrada, las urbanizaciones más a pie de playa suelen estar en zona inundable. A ello se le suma la subida del nivel del mar, ya detectada, y que en las próximas décadas se incrementará debido al aumento de las temperaturas, hecho que provoca que las playas sigan retrocediendo… Y todo en un frente marítimo que está altamente construido –casi la mitad del litoral tiene cemento y asfalto–, repleto de antiguos torrentes, hoy secos, que se transforman fácilmente en ríos.
“Hemos sido poco previsores, irresponsables. La gente conocía los efectos de las riadas y aun así los municipios dieron permisos en zonas inundables. Se cometió una gran irresponsabilidad.
Hasta la catástrofe de la localidad oscense de Biescas, donde una riada acabó con la vida de 87 personas que se encontraban en el cámping Las Nieves, las administraciones no se comenzaron a poner las pilas en materia de urbanización y prevención de inundaciones. La tragedia de Biescas ocurrió en 1996. “Aquello fue un antes y un después en materia de prevención de inundaciones”. Pero la especulación hizo olvidar todo y hemos construido en zonas inundables y se pagan las consecuencias.
Todos hemos visto urbanizaciones al mismo borde de la playa, en cauces de rios "secos", bajo una presa que cuando soltaba agua se llevaba las casa construidas ilegalmente, a las que nadie se lo prohibio. Todo esto y mucho más se ha hecho si que nadie lo parara, la recalificación de terrenos lo propició. Los tecnicos que lo tenian que haber impedido estaban llenadose los bolsillos y miraron para otro lado. Los que tenían que haber impedido esos desmanes se estaban forrando sus bolsillos. Ellos se construian sus casas en zonas elevadas, no sea que venga la riada. La riada vinó y se llevo las casas de los mas desfavorecidos que lo perdieron todo. Un año y otro año y, así seguimos. Hasta la próxima.
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