Felip Puig, Artur Mas y Jordi Pujol |
Era un "secreto a voces", lo denunció en el Parlament Maragall, "su problema, es el tres por cent", mirando a Artur Mas. Luego vino el embargo de las sedes de Convergencia, el cambio de nombre del partido, el paripé de referendún de Artur Mas y, de ahí en adelante lo que hiciera falta para tapar las trampas de los políticos catalanes podridos por la corrupción. En definitiva, como reconocería mas tarde el mismo Mas "una sarta de mentiras para tapar sus vergüenzas".
Entre la documentación que iban a incinerar los Mossos figura un plan independentista diseñado en 2011.
Las mentiras de estos miserables no tienen ninguna justificación. Por mucho que las señoras de la burguesía catalana fueran a aplaudir al miserable de Artur Mas y decirle con arrobo "molt be, Artur". Y los alcaldes con sus varas de mando haciendo lo propio.
Ya denuncié hace tiempo la miserable maniobra orquestada por los Pujol, Mas y el resto de la cuadrilla "independizarse para no pagar sus culpas por el robo masivo que habían hecho". "Como ya no somos España, no nos pueden hacer nada", decía una joven independentista.
Cada día que pasa sale una nueva evidencia de las malas artes de los "padres del procés". Hoy los empresarios les han cantado las cuarenta al nuevo president y sus acólitos, les han dicho que "van a acabar todos en la cárcel". Al tiempo, veremos.
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