domingo, 11 de diciembre de 2016

PLEITOS TENGAS Y LOS GANES

Esta es la maldición gitana. Indica, que ni aún ganando te metas en pleitos. Esto es una calamidad para un pueblo: la falta de confianza en la justicia. Cuando un pueblo no confía en la justicia, todo se cae. Un pueblo sin justicia es un pueblo bárbaro, donde manda el poder, el dinero y las castas. La Edad Media. Los políticos cuando investigan a uno de los suyos dicen `dejar trabajar a la justicia`. De sobra saben ellos que hay dos o tres clases de justicia.
Ahora está muy presente el caso del juez Arturo Zamarriego, que con un auto ordenó no publicar, incluso en Alemania, nada sobre Footbal Leaks por lo que se presumía de fraude a la Hacienda Española de algunos jugadores del Real Madrid. La larga mano del presidente Florentino Pérez debió de actuar con diligencia. Se dice que el presidente del Real Madrid es más importante que un ministro. El periódico que tenía la información no se achantó y publicó la información. Lo delirante del caso es como un importante grupo de abogados, excargos del Real Madrid, pueden torcer la justicia a su favor de una manera tan descarada. Y lo peor, como un juez se pliega, con muy poca y mala fundamentación jurídica, a los deseos de estos abogados. Parece como si dijera esto se para por mis cojones. En la epoca de Franco era así. Las malas maneras son difíciles de quitar.
Al leer el caso me ha venido a la memoria el caso del juez Estevill, nada que ver por favor. Este juez pedía dinero para no meter en la cárcel a los acusados. Sus actuaciones eran publicas y notorias, pero pasaron años hasta que lo metieron en la cárcel. ¿Dónde estaban los controles de la justicia?. Que pregunta más tonta.
Hay dos libros muy recomendables sobre la antología del disparate judicial. Los autores destripan la justicia, son Quico Tomas-Valiente y Paco Pardo. Nos cuentan el día a día de esta deplorable justicia que más vale no tenerte que ver con ella. En el primero cuentan las andanzas del citado juez Esteviil, también, entre otros citan al juez Miguel Moreiras, famoso por sus resoluciones estentóreas que le costaron ser expulsado de la Audiencia Nacional en tres ocasiones, con perdida de plaza y sueldo durante un año en cada ocasión. En la ultima, mediante una sentencia vergonzosamente corporativista, no le expulsaron de la carrera judicial, y se limitaron a impedirle volver a la Audiencia Nacional y desterrarle un año fuera de Madrid.
Son chocantes estas débiles sentencias con la rápidas y contundentes que han sido contra el juez Baltasar Garzón, por querer juzgar los crímenes franquistas, o contra Elpidio Silvia, apartado de por vida de la carrera judicial por haber actuado contra Miguel Blesa, depredador de Bankia.
LA JUSTICIA NO ES CIEGA, ES TUERTA QUE ES PEOR

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