TEJERO ASALTÓ EL CONGRESO PORQUE SABÍA QUE DETRAS ESTABA EL REY
ESTE AÑO HA PASADO ALGO INSOLITO: CELEBRAR EL ASALTO A TIROS DEL CONGRESO POR PARTE DE GUARDIA CIVILES AL MANDO DE TEJERO MOLINA EL 23 DE FEBRERO DE 1981.
EN TODO CASO TENDRIAMOS QUE CELEBRAR EL 24-F PORQUE YA ESTABAMOS SIN LAS PISTOLAS Y LAS METRALLETAS APUNTANDONOS.
En aquella época era muy fácil localizar la frecuencia de la policía. Cualquier radio de FM lo podía hacer y escuchar las conversaciones entre la central y los indicativos.
Ya de noche cerrada se presenta el comandante Pardo Zancada en el Congreso con una unidad de la Policía Militar. El Congreso estaba rodeado por tres cordones de Policía Nacional. La conversación fue más o menos así. Indicativo policial a H50, que era la central "se aproximan unos coches militares al Congreso. "H50, no actúen ustedes y comuniquen lo que hacen" Indicativo policial, "han pasado los controles y están parados en la puerta del Congreso". Entraron como Pedro por su casa. Iban a apoyar a los golpistas.
Aquella noche nadie se mojaba y la policía menos.
Han pasado los años y algunos lo tenemos claro: Juan Carlos estaba detrás del Golpe y lo de Tejero le dio miedo. Su padre le recordó lo de su abuelo y su cuñado Constantino.
Todo empezó con el odio que desarrollo Juan Carlos a Adolfo Suarez. No tragaba la legalización del Partido Comunista y el Estado de las Autonomías. Se encargó de promover una moción de Censura a Suarez con Alfonso Armada como presidente del Gobierno y Felipe González en el Gobierno.
Mañana del 29 de enero de 1981.
Suárez tenía aquel día Audiencia con el Rey Juan Carlos I fijada para las 10:30, pero como otras veces se presentó en La Zarzuela media hora antes, con la intención de tomar un café con ‘Don Sabino’ (Sabino Fernández Campos) antes de pasar a ver a S.M. ‘Venía muy contento, alegre, dicharachero como siempre’. ‘Sabino -me dijo- ayer resolví el problema que tenía con mi Partido, tuve una reunión con los barones y llegamos a un acuerdo. Nada de luchas externas, lo que tengamos que discutir lo haremos de puertas adentro. Creo que le va a gustar al Rey saberlo. Bastante tengo con Alfonso Guerra’.
Luego Suárez entró en el despacho del Rey, donde ya le esperaba S.M., y allí permaneció casi una hora. Naturalmente lo que hablaron sólo ellos lo podrían haber contado (cosa que yo, al menos, no sé si contaron). Lo que sí sé es lo que Sabino había escrito en varias páginas de sus ‘Recuerdos’ (así llamaba a sus ‘Memorias’): ‘Cuando Adolfo salió del despacho del Rey se detuvo conmigo y ya no era el mismo -reproduzco textualmente- Venía desencajado, triste, como muy cabreado. Sabino -dijo sin sentarse- me voy. Hoy mismo dimito. ¿Qué ha pasado?, le pregunté yo también sorprendido. Me ha contado que hay preparada una Moción de Censura para echarme del Gobierno... y eso no lo voy a permitir. Bastante tuve con una. A mí no se me humilla... Lo sabía, sabía que Armada no era trigo limpio... ¿Armada? ¿qué tiene que ver Armada con esa Moción de Censura?, le pregunté todavía más sorprendido. ‘Eso que te lo diga el Rey, a mí sólo me ha dicho que era una idea del Maquiavelo’ -respondió- Me voy, dimito. ¿Se lo has dicho a S.M.? ‘No, se enterará por la tele’... y con mala cara se despidió.
Naturalmente en cuanto se marchó Adolfo -sigo reproduciendo- me fui a ver al Rey y me llevé otra sorpresa, porque nada más entrar en su despacho S.M., casi riendo me dijo:
- ¿Qué? ¿qué te ha contado Adolfo?
- Señor, me ha dicho que se va, que dimite.
- Vaya hombre, ya era hora... no sabía cómo decirle que se fuera y mira por donde lo de la Moción de Censura lo ha arreglado
- ¿Y qué es eso de la Moción de Censura? -le pregunté muy serio-.
- Sí, es un plan que Armada ha ideado con los socialistas.
- ¿Armada? Pero si Armada no es ni siquiera diputado... Además, Señor, una Moción de Censura la tiene que plantear un Partido, y tiene que presentar un candidato a la Presidencia del Gobierno –yo seguía sorprendido-.
- Pues eso, el PSOE presenta la Moción y presenta a Alfonso como Presidente. La Constitución no prohíbe que sea un Independiente, civil o militar.
- ¿Y cómo no me había dicho nada de esto, Señor? -le dije algo molesto.
- Ay, Sabino, Sabino, hay cosas que la mano derecha no debe decirle a la mano izquierda o al contrario –me respondió sonriendo
- Señor -me atreví a decirle todavía-, pero el PSOE no tiene mayoría en las Cortes y la Moción puede perderse.
- No, según Alfonso, el PCE y algunos diputados de la UCD también apoyarían.
- Majestad, pues siento decirle que no me gusta este asunto.
- Sabino, te aseguro que a mí no me va a pasar lo que le pasó a mi abuelo, que por alejar a la Izquierda perdió la Corona... Además, creo que los objetivos merecen la pena –y entonces abrió un cajón de su mesa y me entregó un papel, un simple papel doblado. “Ten -dijo alargándome el papel- lee esto y luego me lo comentas”.
Y con aquel papel, que conservo, me volví a mi despacho. Y en cuanto entré leí su contenido, que era muy simple
Alguien puede pensar que sin el apoyo del rey un general va a sacar los tanques por las calles de Valencia. Vamos que son cualquier cosa menos tontos.
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