Francis Franco critica a Pedro Sánchez por la foto, pero su padre pudo vender la imagen del dictador intubado
Los Franco y su consorte tenían una adicción desmedida por el dinero. Lógico en una familia que tenían a España como su finca privada. Conocí muy de cerca a miembros del clan de los Franco. Un ejemplo, la finca Valdefuentes en Arroyomolinos, muy cerca de Madrid, tenia más de 3.000 hectáreas de terreno listas para ser urbanizadas. Era una finca ganadera pero lo recalificaron y hoy tiene miles de viviendas y polígonos industriales. Un pelotazo en toda regla.
En vida de Franco su nieto preferido Francis Franco suministraba carne de ciervo y venado a los restaurantes del Pardo. Era un cazador furtivo, pero la Guardia Civil se iba en la dirección contraria de donde cazaba el niño. Las joyas de "Carmen la collares" evidenciaban un mal gusto propio de nuevos ricos. El Pazo de Meiras lo adquirieron mediante una "suscripción-obligatoria a sus paisanos gallegos". "Doña Carmen, decían los que la conocían, quiere dar lustre al pasado de Franco". Franco era hijo de un Contador de la Armada, jugador de casino, mujeriego y dado a las juergas, cargo que no daba para muchas florituras después de gastos. Los Polo, de Oviedo, eran de"mucho ringo rango" y no consintieron la boda hasta que franco ascendió a teniente coronel. Los Polo eran mucho Polo.
Desde que Franco se subleva en África el 18 de julio de 1936, se considera elegido por Dios y dueño de España. Sus mentores dicen que no tenía grandes vicios. Veamos, su primo y secretario 'Pacón' contó en sus memorias los gastos que suponían las cacerías y salidas al mar del Azor. Una curiosidad, Franco no durmió ninguna noche en tierra en San Sebastian.
Cuando Franco iba por carretera cada cincuenta metros había un Guardia Civil. Su administrador José María Sanchiz Sancho (el tío Pepe) casado con Enriqueta Bordiu, tía de Cristobal, figuraba en todas las empresas de los Franco. Estaban bien administrados.
Así amasaron una fortuna, por cierto la Agencia Tributaria nunca investigó a ningún franco. A lo que íbamos, presuntamente fue Cristobal Martinez-Bordiú el que vendió las fotos de la agonía de Franco. Hace falta ser cabrón, hasta con la agonía de un moribundo sacaron dinero.
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