lunes, 30 de septiembre de 2024

RESIDENCIAS DE LA COMUNIDAD DE MADRID: UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

 

Las llamadas de familiares y residencias de Madrid al 112 en pandemia: “No le dan de comer y aunque grita, nadie le atiende”

La enfermedad se cebaba en las residencias de ancianos, y en la Comunidad de Madrid el Ejecutivo de Ayuso aprobaba un protocolo para restringir las derivaciones de residentes a hospitales. elDiario.es ha tenido acceso a decenas de transcripciones de llamadas que personal de residencias y familiares hicieron durante aquellas primeras semanas al 112 que constatan tanto la existencia de ese protocolo como la dejadez en la que se encontraban los centros y la desesperación de personal, allegados y usuarios.

“La médica nos ha dicho que no la derivan porque tienen orden, un protocolo de no derivación a los hospitales”, cuenta. Ante esa situación, es la profesional la que ha pedido a la familia que intenten ellos pedir una ambulancia al 112. La operadora responde que va a informar al servicio médico de urgencias y que si quiere saber lo que harán, llame al 061. Ese mismo día, más tarde, el yerno de la usuaria insiste hasta dos veces más para pedir la ambulancia y ayuda para el centro: han llamado al 061 durante 45 minutos y, finalmente, les han dicho que contactarán con la residencia pero el hombre subraya que la situación allí es crítica. El operador contesta que lo único que puede hacer es pasar de nuevo el aviso.

El contenido de las conversaciones revela intentos insistentes por parte de familias y residencias de informar de lo que está sucediendo, de recibir recursos y, sobre todo, de intentar –sin suerte– que los servicios médicos y las ambulancias acudieran para atender y también trasladar a las personas enfermas.

El resultado de las llamadas es, sin embargo, muy diferente. “Ya le llamarán”, le dice la operadora al trabajador de una residencia que pide atención para un hombre de 82 años con fiebre de 38 grados, dificultad respiratoria, malestar general y una diabetes previa, después de que la conexión con el servicio de urgencias resultara imposible. Muchas llamadas terminan abruptamente, se cortan, o bien acaban con una operadora impotente, incapaz de transferir a quien llama a los servicios de emergencias, tomando nota de lo que escucha y pidiendo que dejen su línea telefónica libre “por si les llaman”.

ESTO ES UN CRIMEN DE LESA HUMANIDAD

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