El hablamierda en campaña
Trump ha sido un proveedor generoso de instantáneas para la historia de la indignidad, el narcisismo o la estupidez política, pero se superó a sí mismo en el debate con Harris
Donald Trump es un charlatán barato, por supuesto: en Estados Unidos es común compararlo con un vendedor de coches usados, oficio que —acaso injustamente— se ha convertido en una metáfora de la palabrería diseñada para engañar a otro y sacar provecho. El diccionario de la Real Academia propone otras opciones como sinónimo de charlatán: embaucador, embustero, carrilero. Pero ninguna tiene para mí ni la fuerza ni la expresividad, ni tampoco la riqueza semántica, de este trozo de argot colombiano. Reconocemos al hablamierda no sólo porque diga mentiras, sino porque dice cualquier cosa; no porque sepa cuál es la verdad y quiera disfrazarla, sino porque no le importa la diferencia entre verdad y mentira: está dispuesto a decir hasta lo más ridículo, hasta lo más insensato, si eso es lo que necesita en un momento determinado.
Isabel Díaz Ayuso, IDA, ha dicho en un entrevista en la radio de Federico Gimenez Losantos que "los comunistas y los socialistas introdujeron la droga en españa para adormecer a los ciudadanos". Más tarde en la Asamblea de la comunidad de Madrid dijo :"
Ayuso asegura que la izquierda “alimenta” el consumo de drogas porque “necesita tener a la gente empobrecida”
Llamarla "hablamierda" es lo más apropiado.
Con un Trump como posible baranda del mundo occidental y una IDA Ayuso en Madrid lo mejor es bajarse de este mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario