VILLAREJO EL POLICIA CORRUPTO CON FRANCISCO MARTINEZ EL NUMERO DE DOS DE INTERIOR CON FERNANDEZ DE MINISTRO Y RAJOY DE PRESIDENTE ELEMENTOS CORRUPTOS PARA DESACREDITAR A SANCHEZ. PROPIO DE UN PAIS CORRUPTO HASTA LOS TUETANOS. UN ASCO, UNA VERGÜENZA.
El Gobierno de Rajoy encargó en 2014 a Villarejo espiar al padre de Begoña Gómez para “matar políticamente a Sánchez”
De aquellos movimientos quedó rastro en la grabadora del comisario José Manuel Villarejo, quien, a medida que se fueron acumulando sus problemas judiciales, ha ido filtrando pruebas de todos los que le acompañaron en su largo historial de corruptelas. El polémico excomisario ya ha recibido condenas por 24 años de prisión y sigue imputado en una maraña de casos judiciales.
El interés del Partido Popular por recopilar información contra el secretario general del PSOE se desató pocas semanas después de que Pedro Sánchez fuese elegido líder del partido por primera vez, durante el verano de 2014, e involucró al secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, y, según se deduce de las grabaciones, a varios miembros de la llamada policía política, comisarios que aún tienen pendiente responder por otros delitos. La información recabada entonces, según admite en la conversación el que fue 'número dos' del Ministerio del Interior en aquel Gobierno, tenía como destinatario al propio Mariano Rajoy.
La grabación forma parte del ingente material recopilado por La Vanguardia y elDiario.es en el transcurso de su investigación conjunta sobre la operación Catalunya, el dispositivo ilegal desplegado por el Gobierno de Mariano Rajoy, al menos entre los años 2012 y 2016, contra el proceso independentista. El objetivo del operativo parapolicial era desacreditar, amedrentar y encausar judicialmente con montajes falsos a dirigentes independentistas, también a líderes de la izquierda, y a personas que consideraba de su órbita, la mayoría de las ocasiones sin fundamento.
El audio, que fue publicado por primera vez de forma parcial por Abc en julio de 2022, revela cómo el 'número dos' de Interior pactó con Villarejo un plan para investigar, al margen de la ley y del control de los jueces, al suegro de Pedro Sánchez y utilizar a comisarios de la llamada policía política obtener información que pudiese ser utilizada ante una contienda electoral con el PSOE. El objetivo, según admitió Francisco Martínez, era “matar políticamente” a Pedro Sánchez.
Los protagonistas de la charla son Villarejo y Francisco Martínez. La Fiscalía pide para el ex secretario de Estado de Seguridad 15 años de prisión por el espionaje parapolicial a Luis Bárcenas para borrar pruebas contra el PP, en el que también participó su interlocutor. Durante dos horas van repasando distintas acciones que aquel Gobierno había ordenado a la policía política. Es en ese contexto en el que Villarejo hace llegar a Francisco Martínez que dispone de una información “mortal” para Pedro Sánchez. El comisario acusa en primer lugar al padre de Begoña Gómez de gestionar junto a otros dos hermanos (aunque apunta que el suegro de Sánchez no figura en los papeles) varias saunas en Madrid en las que supuestamente se practica la prostitución y que habrían sido utilizadas por Villarejo y su red para tender trampas a delincuentes de distinto tipo, incluidos terroristas.
Aunque el sonido es deficiente, la grabación permite identificar la información que facilita el comisario al 'número dos' de Interior en la época de Rajoy y cómo este se interesa por si Sánchez conoce las supuestas actividades de su suegro.
“Esto lo revienta”, llega a decir Francisco Martínez a Villarejo. “Esto además mataría políticamente a cualquiera. Pero un tío de izquierdas que va con la bandera del rollo este feminista, muy feminista y lo tiene lleno de polacas chupando pollas en una sauna”, insiste el 'número dos' de Interior al comisario, a quien hace un encargo: “Hay que saber todo”. A lo largo de ese largo diálogo, ambos debaten sobre qué comisarios podrían encargarse de recabar la información sobre el suegro de Sánchez y citan a dos miembros de la llamada policía política: “El Gordo”, Enrique García Castaño, acusado de graves delitos en la red de Villarejo pero que no ha sido juzgado por sufrir una grave enfermedad, y “Carlitos”, Carlos Salamanca, excomisario de Barajas recientemente condenado por recibir dádivas de empresarios a cambio del trato dispensado a familiares.
Este miércoles fue la diputada del PP, Ester Muñoz, quien desde una sala del Congreso afirmó: “Tenemos los escándalos que rodean al presidente del Gobierno, ahí tenemos a su suegro que se enriquece con esas saunas, todos sabemos a qué tipo de saunas me refiero”.
Cuando un día después la periodista de TVE Silvia Intxaurrondo preguntó a la parlamentaria del PP por sus acusaciones, Ester Muñoz no supo aportar ninguna prueba y se escudó en que habían sido publicadas en algunos medios. “Están publicados en los medios y que todo el mundo... Es que yo no he acusado absolutamente de nada a nadie. He dicho cosas que están publicadas en los medios”, respondió.
ES TODO TAN ASQUEROSO QUE PRODUCE VOMITO. EL MISERABLE CHULESCO COMISARIO CORRUPTO VILLAREJO AL SERVICIO DE UN GOBIERNO, DE RAJOY, CORRUPTO DE LA PEOR ESPECIE. AHORA LO PASTOREA OTRO MISERABLE QUE VA DE BUENO FEIJÓO EL CINICO MENTIROSO. CON SEMEJANTE GENTUZA SE PUEDE ESPERAR DE TODO. LES ABRUMA LA INDECENCIA
PERSECUCIÓN JUDICIAL. UN CASTIZO LES DIRÍA ¡Y DE SU PUTA MADRE!
¿Todos los políticos son iguales? ¿En serio? ¿Por qué entonces el gobierno de Zapatero no tuvo ningún gran caso de corrupción y el de Aznar ha acabado con tres de sus ministros en prisión?
¿Qué dirían, qué escribirían, si Begoña Gómez se hubiera llevado 234.000 euros de comisión de una adjudicación del Gobierno, como hizo el hermano de Ayuso? ¿Dónde estaría hoy Pedro Sánchez si su pareja hubiera defraudado 350.000 euros a Hacienda tras cobrar un pelotazo de dos millones, como ha pasado con la presidenta de Madrid?
Es la misma derecha que, hace veinte años, alimentó una teoría de la conspiración sobre los muertos del peor atentado terrorista de la historia de España. La misma que, hace diez años, utilizó los fondos reservados y la cloaca policial para destrozar a sus rivales políticos. Los mismos que ahora han convertido el “que te vote Txapote” en un lema electoral. Los mismos que llaman “hijo de puta” al presidente del Gobierno y, en vez de disculparse por el insulto, lo convierten en una chanza más. Los mismos que se jactan de controlar la Justicia “desde detrás” y que por eso mantienen secuestrada desde hace más de un lustro la renovación del Consejo General del Poder Judicial.
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