Si hay algo incomprensible para el ciudadano medio es la lentitud de la Justicia. La Justicia si es lenta nos es justicia. Eso lo sabemos todos. Pero lo más desesperante es que el máximo interprete de la Constitución tenga unos plazos de resolución en sus sentencias que prácticamente anulan su eficacia. Veamos unos ejemplos: el Gobierno de Rajoy plantea un conflicto ante el TC sobre Cataluña, y oh sorpresa el TC resuelve rápido, tan rápido que no preguntamos ¿ y por qué no así en el conflicto sobre el aborto que lleva años esperando el veredicto? Y ¿ por qué no es igualmente rápido en resolver sobre sobre si el Gobierno en funciones está obligado a ser controlado por el Congreso de los Diputados?. El ciudadano, el pueblo, que es de donde emana la Justicia, como dice la Constitución, merece un respeto y no esta tomadura de pelo con los tiempos de la Justicia y el TC.
Lo incomprensible de los retrasos me recuerda otros tiempos, ya pasados, ¿?, que cuando te interesabas por la resolución de un expediente, te decían "está pendiente de firma". En una ocasión yo le conteste "qué, es muy complicada la firma?, el funcionario se me quedo mirando con cara de pocos amigos.
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