El ministro del Interior en funciones, se ha descolgado con una declaraciones de su tenor literal "quien diga que la conquista de América fue un genocidio en un indigente cultural". La frase está muy estudiada pero no se ajusta a la realidad. El Padre de Las Casas estaba horrorizado del trato que recibían los indígenas. Fueron esclavizados y como tal tratados por unos "pedazos de bestias que no los consideraban ni personas". Le recuerdo a Fernandez Díaz, el converso al igual que Torquemada, que conmutaban la pena de horca por ir a las Américas. Menudos sujetos debían integrar la huestes que entraron guiados por la codicia y el oro, a sangre y fuego con todos los consentimientos de los todavía más bestias que eran los que les mandaban.
Sr. Fernandez Díaz, su ignorancia solo es comparable con su prepotencia. Usted es el padre de la Ley mordaza, sólo por eso y por su confesiones de arrepentido de su pasado pecador debería ser más respetuoso con el pensamiento de otros. Pero, ya se sabe, los conversos son los peores. Infórmese un poco, pero no de los que se lucraron del genocidio.
Desde que óptica decente se puede justificar el derecho de conquista. ¿Justifica usted a Hitler?. Pues es lo mismo, las tropas de España llegan a un país y por la fuerza imponen a sangre y fuego su ley. Violan a sus mujeres, torturan y roban. Bonita manera de llevar el Evangelio. ¡Que sepa usted que dice todo lo contrario!. Entérese usted, converso de pacotilla, a los de su catadura los mandan al infierno sin remisión. Sí, al infierno a pudrirse eternamente, sin posible perdón y por toda la eternidad. Sus pecados no los perdona ni el mismísimo Dios. Años más tarde en otra fazaña a las tropas se las pagaba con la soldada más lo que afanaren. No se andaban con lindezas, tanto robas tanto ganas. Pues eso se hizo con el continente americano EXPOLIARLO, ASESINAR Y VIOLAR. Menuda lectura del evangelio.
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