FEIJÓO CON EL NARCO MARCIAL DORADO. SU MAESTRO Y MENTOR
En la Sesión de Control parlamentario de esta semana, Feijóo advirtió a Sánchez de que esta Navidad, “al menos, dos imputados” se sentarían en la misma mesa que el presidente, refiriéndose a su esposa, Begoña Gómez, y a su hermano, David Sánchez, y haciendo extensivo el “al menos” al presidente. Sin ninguna duda, con alguna retranca, Feijóo vino a confirmar la estrategia del PP contra el Gobierno ayudado por una estructura de jueces y juezas bien engrasados: imputar a Pedro Sánchez. Puede que esto llegue, después de la investigación al fiscal general del Estado por una filtración sin pruebas contra él y pese a las varias que se producen cada día en los juzgados, incluidos el Supremo o la Audiencia Nacional… aunque éstas no se investigan, por lo que sea.
El acoso que varios jueces del Tribunal Supremo y la Audiencia Nacional ejercieron contra Unidas Podemos y el independentismo catalán que decidió convocar un referéndum sobre la independencia de Catalunya a todas luces inútil (mucho más grave que lo del rey Juan Carlos, dónde va a parar, que solo nos ha estafado a las y los españoles 40 años de Jefatura de Estado remunerada) lo está sufriendo ahora al PSOE, que gobierna en coalición con Sumar y al que se le ha ocurrido apoyarse en ese independentismo juzgado y condenado para investir a Sánchez, que en su día, todo hay que decirlo, apoyó al PP en su estrategia político-judicial y viceversaen Catalunya.
Cuando la (ultra)derecha carga contra el presidente por decir que algunos jueces y el PP actúan en connivencia, ya se han olvidado, por ejemplo, del “La fiscalía te lo afina” (Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior de Mariano Rajoy) o del control de la Sala de lo Penal “desde detrás” (Ignació Cosidó, director general de la Policía Nacional y portavoz parlamentario del PP en el Senado). Por todo esto y mucho más que venimos denunciando desde hace años, es un hecho indiscutible que el sistema de elección del órgano de gobierno de los jueces necesita una actualización democrática y realmente representativa de lo que es el poder soberano que a los y las ciudadanas nos representa en el Congreso. Pero no solo.
El bipartidismo se apoderó del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) durante cuatro décadas de intercambios políticos. El PSOE -angelitos- creían que jugaban en igualdad de condiciones que el PP, cuando en realidad, los de Aznar, Rajoy, Casado o Feijóo bloqueaban los nombramientos del CGPJ sine die cuando eran los socialistas quienes accedían a La Moncloa. Lo hicieron con González (1995-1996), con Zapatero (2006-2008) y con Sánchez (2018-2024). Así que, a mayores de su correspondiente mayoría cuando gobernaba, el PP se garantizó muchos más años de poder judicial gracias al bloqueo ejercido con el PSOE en La Moncloa (serían casi 23 de los últimos 27 años, según las cuentas de elDiario.es hace un año, ya que la última renovación del CGPJ fue en junio de 2024).
Es un hecho que el PP ha controlado férreamente en esta democracia a un CGPJ que elige a los máximos responsables de los tribunales autonómicos y provinciales, para así, garantizarse una estructura de contrapoder del PSOE cuando gobierna, incluida la Sala Segunda, de lo Penal, del Supremo, por delante y “desde detrás” (que ya es pobre expresión para un alto cargo, todo sea dicho). Esta Sala, presidida por el juez Marchena hasta hace unos días, juzga a todos los aforados, salvo al emérito, que, por lo que sea, no va “pa’lante”.
LAS EVIDENCIAS NO SE DISCUTEN Y ES EVIDENTE QUE EL PODER JUDICIAL VA DIRECTO CONTRA SÁNCHEZ
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